Por séptimo año consecutivo, se afianzan y se mantienen las acciones de control y vigilancia que lleva adelante el Senasa para sostener el estatus logrado y contribuir a preservar la salud pública.
Tordo se remonta a finales de los 90, en Reino Unido, cerca de 200.000 vacas presentaron síntomas como temblores, cambios de comportamiento y pérdida del equilibrio, hasta llegar a la muerte.
En España, cerca de un millar, y algunas de las personas que ingirieron productos de “vaca loca” sufrieron la enfermedad de Creutzfeldt-Jackob, una patología neurodegenerativa sin cura. Esta enfermedad afectó a 226 personas a nivel mundial.
La hipótesis que se manejó entonces era que las primeras vacas se habían enfermado porque comieron pienso de harinas de carne y huesos de ovejas contaminadas con priones de scrapie clásico, una enfermedad que afecta el sistema nervioso de ovejas y cabras y, contagioso entre animales. Esta enfermedad se descubrió en 2003 y, a diferencia del scrapie clásico, aparece espontáneamente en casos aislados y no se contagia entre el rebaño.
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Reconocimiento Sanitario ante otros pauses
Argentina mantiene, por séptimo año consecutivo, el máximo reconocimiento del estatus sanitario respecto a la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), -popularmente conocida como enfermedad de vaca loca– otorgado por el Comité de Evaluación de la Inocuidad Alimentaria en del Organismo de Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda.
Este reconocimiento sanitario, que se obtuvo por primera vez en el año 2015, contribuye a mantener y fortalecer los compromisos y acuerdos comerciales vigentes de mercancías de origen rumiante que la Argentina tiene establecidos con terceros países.
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Esta óptima condición se obtiene como consecuencia de nunca haberse detectado la enfermedad en el territorio nacional y por las acciones de control y vigilancia que lleva adelante el Senasa para sostener el estatus logrado y contribuir a preservar la salud pública.