Productores denuncian que el beneficio de las retenciones cero solo favoreció a las grandes cerealeras, mientras reclaman previsibilidad y reglas claras para la campaña 25/26.
La exención relámpago de retenciones para las exportaciones de granos permitió a las principales cerealeras —como Bunge, Cofco, LDC y Cargill— liquidar US$7.000 millones en pocos días, según confirmó el Gobierno. Sin embargo, el beneficio no llegó a los productores, quienes afirman haber quedado fuera de la medida y con mayor incertidumbre para encarar la nueva siembra.
Desde la Mesa de Enlace y la Federación Agraria Argentina señalaron que el acuerdo se cerró “a espaldas del campo” y que las cerealeras liquidaron operaciones con granos que aún no poseen, comprometiéndose luego a comprárselos a los productores descontando las retenciones que ellas no pagaron. “El campo la vio pasar”, resumieron dirigentes del sector, cuestionando el pacto entre el ministro Luis Caputo y las exportadoras.
Nota que te puede interesar: Fuerte malestar en el sector tras la finalización de las retenciones cero a los granos
El Gobierno defendió la medida como parte de un plan de emergencia para reforzar las reservas del Banco Central y construir un fondo de divisas que permita estabilizar el tipo de cambio hasta 2027. No obstante, la decisión implicó resignar US$1.500 millones de recaudación por retenciones, lo que desató el debate sobre si se privilegió la caja de corto plazo por encima de la previsibilidad productiva.
Mientras tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario proyecta que la campaña 2025/26 podría alcanzar una cosecha récord valuada en US$35.000 millones, pese a la baja internacional de precios. En este contexto, la tensión entre productores y agroexportadores crece: el campo reclama que las políticas de alivio impositivo dejen de concentrarse en unos pocos jugadores y se traduzcan en herramientas que incentiven la producción, la inversión y el desarrollo federal.