Apertura de importaciones y posible acuerdo Mercosur-UE: Desafíos para la producción nacional

La reducción de aranceles y la flexibilización en el acceso al mercado de cambios generan beneficios y preocupaciones para la industria argentina.

El Gobierno argentino está impulsando una política de apertura comercial que incluye la reducción de aranceles a importaciones y la flexibilización del acceso al mercado de cambios. Esta nueva medida, establecida por el Banco Central, permitirá a las empresas acceder a divisas en 30 días, en lugar de los 60 días anteriores. Este cambio busca evitar que el Estado pierda una recaudación estimada en $500.000 millones debido al vencimiento del impuesto PAIS.

Sin embargo, la industria local enfrenta importantes desafíos. Según informes, tres fábricas petroquímicas han cerrado o se han reconvertido, mientras que al menos 10 empresas textiles están en riesgo de cerrar. Aunque la baja de aranceles puede beneficiar a ciertos sectores, también pone en jaque a la producción nacional. Además, se ha comunicado que más productos podrían ser alcanzados por esta apertura en un futuro cercano.

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La agenda comercial del Gobierno también incluye el potencial cierre del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, programado para la cumbre del G-20 en noviembre. Este acuerdo, que fue firmado en 2019 pero nunca implementado, representa una posible primera gran iniciativa de la administración de Javier Milei a nivel internacional. Si bien el campo ve con buenos ojos este acuerdo, sectores industriales como la Unión Industrial Argentina (UIA) demandan condiciones equitativas para competir con países que no tienen impuestos a la exportación.

El contexto económico se ve aún más complicado con el inminente fin del impuesto PAIS, que dejará de aplicarse a las importaciones a partir del 24 de diciembre. Ante este panorama, el Banco Central ha decidido adelantar el acceso al mercado de cambios, considerando que sin esta reducción de plazos, se perderían alrededor de $500.000 millones en recaudación tributaria. En este escenario de transformaciones, la industria argentina está en estado de alerta, preocupada por la competitividad ante productos importados que llegan con menores costos y menos cargas impositivas.

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