Las lluvias irregulares de las últimas semanas han generado condiciones ideales para la proliferación de insectos en los cultivos de fina y gruesa, afectando tanto a los que ya están siendo cosechados como a los que están en etapa de siembra.
La heterogeneidad en las precipitaciones recientes ha propiciado un ambiente propicio para la proliferación de diversos insectos plaga, afectando tanto a los cultivos de fina en fase de cosecha como a los de gruesa en etapas iniciales de desarrollo.
En el presente contexto agrícola, se observa un incremento en la población de chinche de los cuernos en lotes de maíz, lo cual representa un riesgo significativo para la producción. Asimismo, se advierte sobre el inicio del período favorable para el desarrollo de la chicharrita del maíz. En cultivos de soja, se reportan daños causados por la chinche diminuta.
El reciente informe del INTA Marcos Juárez, elaborado por los ingenieros Balbi y Flores, evidencia que la densidad de insectos varía significativamente entre lotes, resaltando la importancia de un monitoreo continuo en cada campo.
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Trampa de luz para monitorear al insecto adulto
El monitoreo mediante trampas de luz reveló un incremento significativo en el vuelo de lepidópteros, atribuible a la emergencia de adultos en respuesta al aumento de las precipitaciones. Las especies Faronta albilinea y Mythimna unipuncta fueron las más abundantes, aunque su impacto actual en el cultivo de trigo es limitado debido al avanzado estado fenológico del mismo.
Los resultados mostraron una captura sostenida del gusano variado y del gusano cortador, siendo este último el que experimentó un notable incremento durante la primavera. Otras plagas desfoliadoras como la Rachiplusia nu y la Spodoptera cosmiodes se presentaron esporádicamente. En contraste, la población de bolilleras se mantuvo muy baja.
La situación se agravó por la detección de altas poblaciones del escarabajo Anomala testaceipennis, un insecto que ha demostrado ser un defoliador voraz de la soja en años anteriores.
Los técnicos del INTA Marcos Juárez alertan sobre un aumento significativo de los daños causados por orugas cortadoras en los cultivos durante las últimas campañas. La elevada presencia de adultos de diversas especies, detectada en trampas de luz esta primavera, indica la necesidad de intensificar el monitoreo tanto antes como después de la siembra.
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Para controlar la chinche de los cuernos, se recomiendan tratamientos químicos cuando se detectan más de 3000 orugas por hectárea antes de la siembra. Durante la etapa de crecimiento de los cultivos, se sugiere monitorear el daño en las plantas. En girasol y maíz, se considera un nivel de infestación preocupante cuando el 3-5% de las plantas están dañadas, mientras que en soja, este umbral se eleva al 8%.
Este año se ha observado un incremento en las poblaciones de Dichelops furcatus, especialmente en lotes con cobertura vegetal. Si bien las siembras tempranas son más propensas a los ataques, incluso los cultivos tardíos con cobertura pueden verse afectados.