Franco Colapinto, el joven piloto argentino, revela cómo su conexión con el campo ha influido en su carrera en la Fórmula 1, justo antes del Gran Premio de México.
Franco Colapinto se ha convertido en un embajador de la cultura argentina en el automovilismo, mencionando siempre su amor por el mate, el vino y la carne. En una reciente entrevista con Juan Fossaroli, recordó momentos significativos de su infancia en el campo, donde tuvo un contacto directo con caballos y la naturaleza. «Este es un momento importante, en el campo, a caballo con tu hermana», expresó, haciendo alusión a su vínculo familiar.
El piloto destacó su pasión por andar a caballo: «Me encanta andar a caballo, siempre que vuelvo a la Argentina en verano ando mucho a caballo. Es algo que disfruto un montón«. Colapinto enfatizó que estos momentos de desconexión son cruciales para él, permitiéndole escapar de la rutina de Buenos Aires y disfrutar de la tranquilidad del campo.
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En la previa del Gran Premio de México, Franco compartió una anécdota sobre su familia. Su padre, Anibal Colapinto, tomó una decisión crucial: vendió su casa en Pilar para mudarse al campo y así permitir que Franco pudiera correr en Fórmula 4. Este sacrificio dio sus frutos, ya que Colapinto se coronó campeón ese año, lo que le abrió las puertas a su carrera en Europa.
Anibal reflexionó sobre el sacrificio familiar en una reciente entrevista: “Yo por mis hijos lo doy todo y con Franquito nos metimos hasta el final”. Este vínculo familiar y su amor por el campo han sido pilares en la trayectoria de Colapinto, quien continúa rindiendo homenaje a sus raíces mientras se prepara para las próximas carreras, incluyendo su casco en honor a Carlos «Lole» Reutemann.
