En una huerta ecológica, uno de los protagonistas claves es el tradicional zapallo. En esta entrada te vamos a contar cómo extraer la semilla y cómo conservarla, para que luego la puedas sembrar y tener éxito.
El zapalloes un alimento clave, con aportes muy importantes para el correcto funcionamiento del organismo. Es una fuente de fibras con muchas propiedades, por lo que su consumo aporta para mejorar el tránsito intestinal, favoreciendo a la fácil digestión.
El uso de zapallo se incluye en muchas dietas. Además, existen muchas maneras de consumirlo, ya sea hervido, en puré, en dulce, agregado en caldos y sopas, o también como relleno.
Si sos de consumir frecuentemente zapallo, no deseches la semilla, ya que con un simple tratamiento podrás obtener la clave para generar una planta propia, y con el paso del tiempo obtener sus frutos.
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¿Cómo sacar correctamente la semilla del zapallo?
Para empezar se necesita un trozo de zapallo criollo dulce. Si logras obtener una mitad de zapallo que provenga de un huerto casero, genial. De no ser así, compra en la verdulería del barrio, y solicita la parte más madura.
Una vez obtenida la mitad del zapallo, con una cuchara limpia, escarbaremos la zona del centro, donde se encuentra la pulpa central con las semillas. Luego, llevaremos la pulpa a una superficie limpia para poder así separar las semiilas una por una, con mucha paciencia y, de esta manera, obtener una buena cantidad, la cual será necesario lavar y secar con una servilleta.
Con las semillas limpias, sin ningún resto de pulpa, la depositaremos entre los pliegues de una hoja de papel periódico, realizando un doblete a modo de que queden en el centro de 4 pliegues al menos. Posteriormente, almacenaremos el papel con las semillas a un lugar oscuro, seco y fresco, dejándolo como mínimo por una semana.
Una vez pasado este tiempo, retiramos las semillas de su lugar, y nos aseguramos de que no se hayan formado hongos a su alrededor. De no ser así, las rociamos con un poco de agua con un atomizador, y las colocamos una noche más entre los pliegues de un papel de servilleta.
Al día siguiente, las semillas de zapalloya estarán listas para sembrar en tierra. Si lo haces directamente en la huerta, asegúrate de hacerlo en tierra trabajada, con compost y humus.
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Para sembrar las semillas se deberá depositarlas en pequeños agujeros que pueden ser hechos con los dedos, a una profundidad de no más de 3 centímetros. Es importante regar levemente la tierra, logrando humedecerla y no saturarla con abundante agua.
Ahora será cuestión de esperar que las semillas terminen su germinado bajo el suelo de la huerta, realizando un regado durante el tardecer o hacía la noche. También se pueden regar en las primeras horas de la mañana, cuando el sol aún no ha alcanzado su punto más alto e intenso.
Autor: Jesús Canto