Dejando transpirar los pimientos recién sacados de la parrilla podremos pelarlos más fácilmente. En esta entrada te vamos a mostrar un método que nunca falla.
Los pimientos son uno de los agregados infaltables para el asado y otras comidas, los cuales podemos prepararlos de distintas formas, ya sean rellenos, o bien solos, en este caso asados a la parrilla. Dependiendo nuestro gusto, después de sacar los pimientos del cocinado en la parrilla, hay que ser pacientes y dejarlos reposar en un baño de vapor, esto será indispensable para facilitarnos la extracción de la piel.
Si estamos preparando una ensalada de papas, utilizaremos el propio calor de la olla para “suden” y facilitar el proceso de retirar la piel. Pero para esto, hay varios métodos:
- – Una de las técnicas más empleadas, es colocarlos en una bandeja de horno y taparla con papel de aluminio o plástico film, procurando que queden bien cubiertos sin huecos de ventilación. De esta manera sudarán de manera eficiente.
- También podemos introducir los pimientos dentro de una bolsa apta para alimentos, por ejemplo, de congelación, con cierre hermético.
- Otra de las formas más sencillas, es colocar los pimientos recién sacados de la parilla en un gran plato y taparlo con una fuente o recipiente de buen tamaño, para que este actúe como una cúpula hermética.
Lo más importante es que una vez destapados quizá tengamos que esperar un poco más por si continúan demasiado calientes, lo más recomendable es esperar como mínimo, 20 minutos.
Hay que hacerse a la idea de que ahora viene la parte del retirado de la piel, aunque pueda parecer una tarrea difícil, una vez pasados por vapor, será mucho más sencillo. Para la extracción segura puedes utilizar guantes aptos para uso en cuanto a la manipulación de alimentos. Lo que nunca hay que hacer es lavarlos debajo del grifo, estaremos echando por el desagüe gran parte del sabor y jugosidad.
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Paso a paso para el preparado de los pimientos para cocinarlos
- Abrir cada pimiento mediante un corte vertical longitudinal.
- Retirar con cuidado el tallo y el núcleo de semillas.
- Eliminar también los restos de semillas sueltas y cortar los filamentos pasando un cuchillo a ras.
- Dar la vuelta y pelar. La piel debería salir fácilmente, despegándose sin problemas.
- Desechar semillas, tallos, pieles y filamentos, pero conservar los jugos.
- Cortar los pimientos según necesitemos.
Dependiendo de cómo vamos a emplear los pimientos los cortaremos de una forma u otra. Lo habitual y más práctico es hacerlo en tiras largas, no demasiado finas, para apreciar bien su rica carne. Si no tenemos claro el uso, lo mejor es dejar piezas grandes.
Si vamos a consumirlos a corto plazo es suficiente con envasarlos en un recipiente hermético con sus jugos limpios, en la nevera. En el caso de que vayan a pasar más de dos días, es preferible cubrirlos con aceite de oliva virgen extra de buena calidad. Y si queremos conservarlos a largo plazo, nos podemos plantear el envasado al vacío o las conservas caseras.
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