¿Puede confiar en los jugos y geles de aloe vera que se presentan con color verde?. En esta nota te mostramos todos los secretos para su correcto consumo.
El remedio silencioso para los hindúes. Una medicina llena de armonía, decían en la antigua China. Un botín de guerra que llevó a Alejandro Magno a conquistar la isla de Socotra (África) para garantizarse la planta capaz de curar las heridas de sus soldados. Sus verdes y puntiagudas hojas aparecen en las Sagradas Escrituras, en la obra de Averrores y en la receta del elixir de Jerusalén al que se atribuye la longevidad templaria.
Hasta Cristóbal Colón cayó bajo su influjo, convirtiendo el aloe vera en elemento imprescindible en sus viajes al Nuevo Mundo. Esta planta barata y de fácil cuidado ha pasado de ser catalogada como milagrosa a convertirse en un nutracéutico del siglo XXI: un alimento que nutre y proporciona beneficios para la salud tanto internos como externos.
Vamos al paso a paso
Lo primero que tenemos que hacer para prepararlo es recortar los pinchos laterales de cada hoja, quitar la parte blanca de abajo, la que pega al tallo de la planta (es donde mas se concentra la Aloína) y desechamos la parte estrecha y puntiaguda de arriba.
Con un cuchillo largo y afilado recortamos a lo largo una parte de la hoja, dejando la parte central en una pieza, con toda la pulpa.
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Para facilitar sacar «filetes» del Aloe lo divido en 3 piezas y a cada una de ellas le rebano la piel del otro lado (no hace falta apurar mucho, que quede algo de pulpa en la piel y así llevará menos Aloína)
Como vemos, nos quedan piezas de un buen tamaño que tienen varias venitas a lo largo y que aprovecho para partir por ahí, quedando piezas rectangulares mas pequeñas y regulares.
Estas piezas se enjuagan muy bien para eliminar la Aloína.
Hay que tener en cuenta que la Aloína, que es un compuesto amargo, puede provocar trastornos digestivos, así que hay que eliminarla si lo vamos a ingerir. Si tenemos estreñimiento una cucharadita de esa pulpa pegada a la piel tomada con un vaso de agua (podemos ponerle limón, edulcorante, stevia, miel, azúcar), nos servirá para aliviarlo, pues también se usa como laxante y estimulante.
Después de enjuagar bien los trozos del Aloe los ponemos en remojo con hielo y agua y los metemos en el frigorífico al menos 24 horas. Los sacamos, volvemos a enjuagar, colamos sobre un bol (ese jugo se aprovecha, como todas las aguas de enjuagarlo) y ya están listos para consumir.
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TRUCOS Y CONSEJOS:
Del Aloe se aprovecha todo.
Como he dicho antes, el agua que le quitamos después de remojarlo podemos aprovecharla para regar las plantas. También recojo todas las piezas de espina laterales, la parte de arriba y la parte mas cercana al tallo y lo pico todo en batidora. Los congelo a porciones en cubiteras y cuando voy a regar las voy gastando disueltas en el agua de riego de mis macetas. Una porción por cada litro de agua.
El agua del filtrado final nos puede servir para, por ejemplo, usarlo para suavizar el cabello, tipo mascarilla hidratante para la piel del rostro y cuerpo (queda muy bien, os lo aseguro) y también como he señalado mas arriba, para limpiar la piel y para agregar en el agua de riego de las plantas, pues los mucílagos presentes en la planta harán una gelatina espesa que metida en un bote de cristal bien tapado y en el frigorífico, aguantará hasta 1 semana.
Las cortezas las guardo troceadas en el congelador en un hermético grande y plano para evitar que se peguen unas con otras y las utilizo para uso externo cuando las necesito (alivio de quemaduras, limpieza de la piel, et.), pues se pueden congelar sin problema. Mantienen todas su propiedades.
Si no vamos a usar de momento todo el Aloe que hemos remojado, podemos congelarlo igualmente a porciones.
En las fotos de abajo veis como queda una vez remojado y eliminada el agua. Está listo para prepararlo como bebida depurativa y saciante, preparaciones dulces o saladas (sorbetes, batidos, salmorejo, gazpachos, cremas) y diversas preparaciones culinarias a las que el Aloe Vera va a aportar sus múltiples propiedades y un toque diferente, aunque bien es verdad que apenas aporta sabor.
Como es un espesante sano y natural, se puede utilizar en salsas y hace que se usen menos harinas y otros espesantes.
En fresco retiene todas su propiedades, aunque cocinado también aporta.
Preparación para bebida de Aloe Vera:
Una vez que tengamos el Aloe Vera limpio, remojado y colado, lo batimos en una buena batidora o en Thermomix, que quede muy fino y aún así lo pasamos por el chino.
Rebajar con agua mineral y zumo de limón, con azúcar, stevia, etc., o agregarlo a zumos, gazpachos, etc.
Preparación para utilizar el Aloe Vera en Ensaladas o Macedonias:
Una vez limpio, remojado y colado, cortarlo a cuadraditos y agregarlo a diferentes preparaciones. Podemos macerarlo en lima, limón, naranja, etc., antes de agregarlo.