En esta nota te contamos los secretos de este proceso que consiste en realizar un corte limpio de pequeñas partes de la planta, con el fin de que terminen por reproducirse.
Lo primero que tenés que saber es que las plantas pueden propagarse de diferentes formas, siendo las más comunes la multiplicación por semillas y la reproducción por esquejes.
Pero, a pesar de que ambos procesos son los más usados en jardinería, el de esquejes es el que goza de mayor popularidad. ¿Por qué? La razón es muy simple: es la forma más rápida de propagación.
Estamos seguros de que, si no tienes experiencia en el tema, pensarás que la reproducción de plantas es un proceso complejo, un método difícil de llevar a cabo.
Un esqueje no es más que una parte viva (normalmente un tallo) que se ha extraído de una planta con el objetivo de injertarla en otra o en un recipiente para que se desarrolle. La multiplicación por esquejes consiste en realizar un corte limpio de esas pequeñas partes con el fin de que terminen por reproducirse.
El mejor momento para reproducir una planta por esquejes, en qué consiste el proceso, cómo debe ser la planta madre a clonar, claves para lograr los mejores resultados… Todo ello nos lo cuentan dos expertos: Jordi Sánchez San Miguel, director creativo de la empresa de paisajismo Simbiosi Estudi y José Manuel Oliván García. Descubre todos los secretos para multiplicar las plantas de tu jardín o terraza con éxito.
¿Qué es la multiplicación por esquejes?
La multiplicación por esquejes es una multiplicación vegetativa que se lleva a cabo, tomando una parte de la planta (hoja, tallo, rama o raíz), para formar una nueva que será un clon, genéticamente idéntica a la planta madre.
A posteriori se deposita sobre un sustrato húmedo para que desarrolle las raíces. Cuando el sistema radicular prospere, es el momento de trasplantar a su lugar definitivo.
Jordi detalla que “este proceso se realiza a partir de una porción vegetal sin necesidad de que haya fecundación. Mientras que la reproducción mediante semillas implica cruce entre individuos, intercambio de genes, en la reproducción vegetativa se garantiza la generación de un individuo idéntico”. Y prosigue, “los esquejes son un método de reproducción que resulta muy útil para las plantas que producen pocas semillas y también para las que resultan muy difíciles de cultivar a partir de semillas”.
Tipos de esquejes
- De hoja: se trata de cortar una hoja con rabillo (denominado peciolo).
- De hoja y tallo: se corta un trozo del tallo con una o varias hojas.
- De raíz: consiste en quitar trozos de raíces o brotes de las raíces superficiales y enterrarlos en una mezcla de turba y arena. Técnica habitualmente empleada en plantas herbáceas de raíz carnosa y algunos árboles y arbustos.
- De tallo o rama: pueden ser leñosos o herbáceos (duros o tiernos).
¿Cómo debe ser la planta madre?
Desde Plantadecor.com nos aclaran que “todas las plantas sin excepción se pueden reproducir por esquejes, bien sea de hoja, tallo, rama o raíz”.
Simbiosi Estudi nos habla pues de “árboles y arbustos de hojas perennes, de hoja caduca, frutales, plantas de interiores, plantas herbáceas, suculentas, cactus…”.
Las plantas madres pueden producir un número prácticamente ilimitado de esquejes. José Manuel afirma que dicha planta es “mejor que sea una planta adulta, pero no demasiado. Debemos utilizar brotes nuevos, no demasiado tiernos”.
Jordi añade que “la planta de la que se vaya a extraer el esqueje debe gozar de buena salud, con un desarrollo óptimo, y conviene que sea representativa de la especie o la variedad que deseamos reproducir. En general hay que saber qué parte hay que escoger de cada especie, evitando los fragmentos demasiado vigorosos o demasiado débiles, y en especial los que muestran signos de enfermedades o de parásitos”.
Técnica muy sencilla en suculentas
José Manuel lo tiene claro, «las suculentas son las más sencillas de reproducir por esquejes, al tener sus partes grandes cantidades de agua, que permiten a la misma sobrevivir mucho tiempo siendo una parte de la planta”.
Coincide con Jordi, quien explica cómo proceder para emplear esta técnica en las suculentas o plantas crasas: “hay que realizar el corte evitando producir daños a la planta madre, y seguidamente, retirar las hojas en la parte más baja del tallo. Es importante dejar que el esqueje cicatrice correctamente, dejándolo en una superficie absorbente en un lugar luminoso y protegido da la lluvia. Esto evitará que aparezcan hongos y enfermedades debido a la humedad. Finalmente podemos plantarlo directamente en terreno húmedo, y dos días después, podemos empezar a regar para favorecer el enraizamiento”.
Esquejes de árboles y arbustos
“En el caso de esquejes leñosos, el proceso es igual, pero más lento”, cuentan desde Plantadecor.com.
Simbiosi Estudi detalla cómo esquejar en el caso de tratarse de un material leñoso: “se toma el esqueje en otoño o invierno para especies de follaje caduco, cuando estas han perdido totalmente sus hojas. Se pueden plantar o bien guardar envueltas en el frigorífico o almacenarlos en turba o arena húmeda a unos 4ºC para plantarlas a principios de primavera. Se cortan ramitas que tengan 1 año de edad y el grosor aproximado de un lápiz (6-10 milímetros). De esas ramitas, se hacen trozos de entre 20 y 30 cm de longitud. El corte de la base de las estacas hay que hacerlo preferentemente justo por debajo de un nudo o yema, y el corte superior, de 1,5 a 2,5 cm por encima de otro nudo. El corte de la base, recto, y el corte del extremo, en bisel (inclinado). Por último, deberemos eliminar hojas y brotes si los hubiera para evitar la excesiva transpiración, que podría secarlas”.
Y en arbustos de hoja perenne, “es necesario eliminar las hojas inferiores, dejando solo los dos o tres pares de hojas del extremo. Generalmente las estacas se plantan en recipientes a cubierto, aunque también se puede hacer al aire libre plantadas directamente en el suelo. Como sustrato se usa arena con turba a partes iguales o bien, perlita en lugar de arena. Antes de plantar las estacas, para favorecer el enraizamiento, es mejor impregnar o mojar la base, 2 o 3 cm, con hormonas de enraizamiento en polvo o líquido”.
Un último consejo ofrecido desde Simbiosi Estudi: “en esquejes leñosos es mejor usar hormonas líquidas que en polvo, ya que este tipo de esquejes tardan más tiempo en enraizar que el semileñoso y el polvo se degrada más fácilmente que el líquido”.
El proceso termina a finales del siguiente otoño, cuando “se llevan los esquejes enraizados a un bancal del vivero o se plantan en macetas individuales y se mantienen allí hasta su plantación definitiva”.
Diferencias entre esquejes y semillas
No hay un método mejor que el otro, en ambos casos hay ventajas y desventajas que hay que tener en cuenta. En la imagen, esquejes realizados por Plantadecor.com.
Esto es lo que relata Jordi acerca de las ventajas y desventajas de cada método de reproducción, el de esquejes, de tipo vegetativo, y el de semillas.
Esquejes:
- Ventajas: con los esquejes puedes obtener un comienzo más rápido para tu cultivo porque estos son ya pequeñas plantas. En comparación con las semillas, los esquejes tienen un periodo de crecimiento más corto, que generalmente implica una cosecha más rápida.
- Desventajas: existe el riesgo que los esquejes puedan transmitir enfermedades y plagas de insectos, como hemos comentado anteriormente, deberemos escoger los fragmentos de planta en mejor estado.
Semillas:
- Ventajas: Con una semilla tendrás más posibilidades de elegir entre características específicas como, tamaño del fruto, aspecto, periodo de floración y resistencia a enfermedades. Las plantas que crecen desde semillas son normalmente más fuertes y producen fácilmente una cosecha abundante.
- Desventajas: Si empiezas con una semilla, primero tendrás que completar el proceso de germinación. Por consiguiente, los frutos y las flores tardarán más en llegar. Además, es posible que no todas las semillas germinen. Las semillas viejas o mal conservadas podrían crecer más lentamente.