Especialistas identificaron una mutación que confiere resistencia absoluta a todas las estrobirulinas, lo que plantea nuevos desafíos para el control de esta enfermedad en soja.
Recientemente, especialistas han confirmado una mutación en una cepa de Mancha Marrón (Septoria glycines), que le otorga resistencia absoluta a todas las estrobirulinas disponibles en el mercado. Esta enfermedad, que se manifiesta principalmente en hojas de soja, representa una amenaza significativa para los rendimientos, afectando al 89% de los departamentos mapeados en la campaña 23/24, según datos de la REM.
La enfermedad se intensifica en los estadios reproductivos intermedios y avanzados (R5-6), presentándose como manchas marrones irregulares que pueden causar defoliación severa. Las condiciones predisponentes incluyen temperaturas superiores a 21ºC y alta humedad ambiental, lo que favorece la dispersión del hongo y su supervivencia en rastrojos y semillas.
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Este hallazgo resalta la urgencia de implementar estrategias de manejo preventivas. Actualmente, muchos productores utilizan mezclas de triazoles y estrobilurinas para el control, aunque esto ha creado una alta presión de selección de resistencia. A pesar de que la Mancha Marrón es una enfermedad de fin de ciclo, se recomienda comenzar con las estrategias anti-resistencia desde el inicio de la campaña para mitigar la aparición de subpoblaciones resistentes.
Entre las prácticas sugeridas se incluyen el tratamiento eficiente de semillas, el uso de genotipos tolerantes, la rotación de cultivos y el ajuste del arreglo espacial para minimizar el contacto de las hojas con el rastrojo infectado. Estas medidas son esenciales para enfrentar los desafíos que presenta esta nueva mutación y proteger la producción de soja en Argentina.