El abono y el estiércol bien podrido que se añaden al suelo le proporcionan los nutrientes necesarios para que las plantas crezcan saludablemente y produzcan raíces fuertes y abundantes frutos y flores.
Es por ello, que precisas alimentar tus plantas. Cada grupo de plantas precisa distintas cantidades de los principales elementos alimenticios como el potasio, el nitrógeno y el fósforo.
Los principales nutrientes para las plantas
- Fósforo: hace que las raíces crezcan fuertes.
- Potasio: mejora la calidad de los frutos y las flores y mejora la resistencia de las plantas a las enfermedades.
- Nitrógeno: no solo les aporta color a las hojas, sino que desarrolla hojas, tallos y brotes fuertes y saludables.
Por otra parte, existen otros nutrientes esenciales que ayudan a mejorar el crecimiento de las plantas como el azufre, el calcio y el magnesio. Los oligoelementos como el manganeso, el hierro, el zinc, el cobre, el boro y el molibdeno, forman parte de los alimentos vegetales que se usan para alimentar a las plantas ericáceas y las que crecen en macetas y en cestas colgantes.
En el mercado encontrarás una gran cantidad de alimentos vegetales. Algunos se aplican directamente en el suelo, otros se diluyen en el agua antes de la aplicación y, otros, son de liberación continua.
También encontrarás productos orgánicos preparados con residuos vegetales y animales que, se enriquecen con minerales obtenidos naturalmente mediante sedimentos rocosos.
Aunque los suelos suelen contener estos nutrientes, es posible que las plantas no los absorban de la forma adecuada, por lo que deberías adquirir un producto que se ajuste a las necesidades de la planta y observar bien el dorso del paquete para saber cómo utilizarlo, pues en algunos solo bastará con una aplicación cada “X” cantidad de meses, mientras que otros precisan ser repetidos a las dos semanas durante un breve período de tiempo.