Sin lugar a dudas, el país atraviesa un periodo de extremos muy marcados, donde se vive un escenario gélido al extremo sur, mientras que en el norte las temperaturas superan ampliamente los valores normales de un mes de julio.
Argentina experimenta en los últimos días un marcado contraste térmico, dividiendo el país en dos realidades climáticas opuestas. Mientras que el extremo norte vive un auténtico veranillo, la Patagonia se encuentra bajo una intensa ola de frío polar.
En provincias como Formosa, Santiago del Estero y Chaco, las temperaturas han escalado hasta valores típicamente estivales, rondando entre los 27°C y los 32°C. Estas marcas térmicas inusuales para la época del año transforman el paisaje del norte argentino, donde el sol y el calor son protagonistas.
En contrapartida, el extremo sur del país se enfrenta a un drástico descenso de las temperaturas. La entrada de aire polar ha provocado que las máximas diarias oscilen apenas entre los 4°C y 7°C. Esta Patagonia gélida, con sus paisajes invernales, se prepara para bajas temperaturas y posibles precipitaciones en forma de nevadas a lo largo de la semana, reflejando la cruda realidad del invierno austral.
Este fenómeno subraya la vasta extensión geográfica de Argentina y las diversas condiciones climáticas que pueden coexistir simultáneamente dentro de sus fronteras.
Te puede interesar: De la Patagonia helada, al norte tropical: La sorprendente variedad climática de Argentina

El clima en Argentina marcado por los extremos
Argentina es un país de contrastes asombrosos, y su clima no es la excepción. Gracias a su vasta extensión geográfica, que se estira miles de kilómetros desde las zonas tropicales del norte hasta las gélidas latitudes antárticas del sur, es posible encontrar una diversidad climática que coexiste de manera simultánea dentro de sus fronteras.
Si nos posicionamos en un día cualquiera, mientras en las provincias del norte, como Salta o Jujuy, se disfruta de un clima casi tropical con altas temperaturas y una exuberante vegetación, a miles de kilómetros hacia el sur, en la Patagonia, se experimentan vientos helados, temperaturas bajo cero y paisajes cubiertos de nieve. Esta coexistencia de estaciones, o al menos de temperaturas radicalmente distintas, es una característica distintiva de Argentina.
Este fenómeno se debe no solo a su latitud, sino también a la influencia de la Cordillera de los Andes al oeste, que actúa como una barrera climática, y a la cercanía con el océano Atlántico al este. Estas variables geográficas crean un mosaico de climas que van desde subtropicales sin estación seca, pasando por áridos, templados, fríos y húmedos, hasta los glaciares de alta montaña.
En resumen, la geografía argentina permite que, en un mismo momento, haya personas disfrutando de un verano anticipado en el norte y otras abrigándose del crudo invierno en el sur, lo que la convierte en un destino con experiencias climáticas variadas y únicas.
Seguir leyendo: El clima local: Esta es la región más húmeda de Argentina
