La planta Mariano Acosta, inaugurada en 2024, acumula cheques rechazados por casi $4.000 millones y dejó a productores y consignatarios de Córdoba y Santa Fe en una situación crítica, mientras crece la polémica por su gestión y controles.
El Frigorífico Mariano Acosta, gestionado por la Cooperativa de Trabajo “Familias Argentinas”, enfrenta una deuda cercana a los $4.000 millones tras el rechazo de 358 cheques por falta de fondos. La situación afectó directamente a más de una docena de productores y operadores ganaderos que entregaron hacienda sin cobrar, generando un fuerte impacto financiero en la cadena cárnica.
La planta había sido reinaugurada en mayo de 2024 con la presencia del gobernador Axel Kicillof, aunque desde el gobierno bonaerense aclararon que no existe vínculo comercial con el frigorífico. A pesar del respaldo institucional en el acto inaugural, pocos meses después comenzaron a registrarse incumplimientos de pago que derivaron en el actual conflicto.
La cooperativa responsabilizó al empresario Carlos Mario Laborde por una presunta maniobra financiera, mientras que el empresario rechazó las acusaciones y negó cualquier irregularidad. En el centro de la operatoria aparece también el contador José Alejandro Benseny, firmante de los cheques cuestionados, quien además registra valores rechazados a título personal.
El caso encendió alertas en el sector por presuntas fallas en los controles sanitarios, comerciales y societarios, ya que la cooperativa no tenía como actividad principal declarada la faena de animales. Fuentes oficiales indicaron que la planta figuraba como “alto riesgo” en los sistemas de control, reavivando el debate sobre las habilitaciones precarias y la informalidad en frigoríficos cooperativos y municipales.
Fuente: Bichos del Campo y La Nación
