Conocer cómo impacta el frío en los cultivos de la huerta y qué cuidados se deben tener en cuenta son aspectos fundamentales para lograr una buena cosecha.
A la hora de planear nuestra huerta de invierno una de las cosas más importantes es plantar en la época adecuada, ya que todos los cultivos no crecen y producen en cualquier época del año.
En el otoño – invierno, se pueden cultivar especies que se adaptan a las bajas temperaturas como la acelga, lechuga, achicoria, rabanito, zanahoria. Pero las que son propias de la época son la cebolla, puerro, coliflor, brócoli, repollo, habas, remolacha, arveja, ajo, espinaca y escarola.
Es por ello que respetar el calendario de siembra es fundamental para asegurarnos de que nuestras plantas van a crecer adaptándose al clima y su crecimiento será el adecuado.
Uno de los aspectos claves a tener en cuenta es el riego, que depende de las necesidades de cada planta. Para la época del otoño – invierno con regar 1 vez al día en principio debe sobrar. En este caso, será más beneficioso realizar el riego al amanecer, debido a que de este modo evitaremos las posibles heladas, que puedan perjudicar a nuestro cultivo.
Otro punto fundamental son las rotaciones con especies de la temporada anterior y las asociaciones, esto es colocar diferentes cultivos; buenos “socios”. Por ejemplo: lechuga y zanahoria; acelga con rabanito.
Uno de los secretos principales es agregar abono compuesto, para reponer fertilidad y contribuir a la estructura del suelo. Además, incluir aromáticas en la huerta como romero, orégano, tomillo, ruda, entre otras podría ayudar a espantar a las plagas.