Este consiste en que los núcleos urbanos experimentan temperaturas más altas que en sus alrededores. ¿Por qué pasa?
Durante el verano y a causa de las elevadas temperatura, en las grandes ciudades ocurre un fenómeno de que vale la pena hablar y te lo contamos en esta nota.
Teniendo como atenuante al calentamiento global y otros factores del clima que influyen en la temperatura a nivel mundial, los eventos meteorológicos extremos como las olas de calor o las sequías prolongada son cada vez más frecuentes y ocasionan problemas, ya sea de salud, de suministro de agua y electricidad en las ciudades, sobre todo.
A medida que los años transcurren, las ciudades continúan aumentando su número de habitantes, dando lugar a megaciudades, con numerosas estructuras de edificación y pavimentación, ya sea cuando se construyen edificios, complejos, puentes. Estas estructuras de cemento y acero tienen un efecto colateral que muchas personas no conocen: El Efecto de La Isla de Calor Urbana, un fenómeno que suele darse durante las primaveras calientes o los veranos, durante los eventos de calor extremo.
En las grandes ciudades Argentinas suele presentarse este fenómeno, sobre todo en las provincias que tiene más tendencia a almacenar calor en sus gran jungla de cemento. Tal vez hayas alguna vez hayas notado la diferencia de calor cuando sales de una espacio verde, ya sea de un parque o una plaza y entras a una avenida dominada por altos edificios.
Es muy notorio que la calle se siente más caliente que en el entorno más espaciado y con vegetación y ese cambio de ambiente es una pequeña muestra de el llamado «efecto de la isla urbana de calor«.
La realidad ante este fenómeno que vuelve a las ciudades un verdadero infierno en periodos de ola de calor, los núcleos de las ciudades suelen ser más calurosas que las zonas rurales cercanas porque también generan calor a través del transito vehicular, la maquinaria y el aire acondicionado que canaliza el aire caliente hacia las calles. La parte más negativa de esto es la falta de árboles, césped y otras plantas, que ayudan a enfriar el aire del entorno. Esta carencia de verde se ve potencialmente agravado por las extensiones de kilómetros de pavimento duro y oscuro y edificios que absorben el calor, actuando como panel solar, liberando el calor por las noches, cuando baja el sol y manteniendo el ambiente sofocante durante gran parte del día.
Qué es una isla de calor
Las islas de calor son un fenómeno que se produce en aquellas zonas urbanas que experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes debido a la actividad humana. La causa principal son la acumulación de estructuras, como edificios, aceras o asfaltos, que absorben más calor y lo liberan más lentamente, al revés que parajes naturales como bosques, ríos o lagos. A esto se suma el calor y la contaminación generada por el tráfico y la industria. Todo ello agrava las consecuencias del cambio climático en las ciudades y disminuye la calidad de vida de sus habitantes.
El efecto isla de calor
El efecto isla de calor se caracteriza, como ya hemos comentado, por provocar una temperatura mayor en las ciudades que en sus alrededores —pueblos, zonas residenciales, zonas agrícolas, etc.— y es más acusado por las noches, sobre todo en invierno. La temperatura media anual del aire de una ciudad con un millón de habitantes o más puede ser de entre 2 ºC y 5 ºC más alta durante el día respecto a su periferia, mientras que por la noche esa diferencia puede dispararse, incluso, hasta los 10 °C más de lo normal.
Con información de: https://www.iberdrola.com/