Cómo influye el cambio de la temperatura en el crecimiento de las plantas. En esta nota te contamos todo lo que tienes que saber sobre lo que les sucede durante los cambios de estación.
Pasar de la temporada más fría el año (el invierno) al calor/humedad de las temporada primavera/verano, influye en el crecimiento de las plantas, el metabolismo de crecimiento se activa, se renuevan y evolucionan en un nuevo despertar. ¿Por qué sucede?
La morfología de la planta en la adaptación a temperatura del invierno a la primavera: Las plantas son organismos sésiles, por no poseer movilidad propia, que deben adaptarse de forma constante a las condiciones climáticas cambiantes en su entorno. Los largos períodos de sequía, exceso de humedad, frío o calor, son determinantes en cuanto al crecimiento de distintas especies de hortalizas y plantas en sí. Los parámetros exteriores climáticos pueden moldear y producir cambios en la morfología de la planta, ya sea en hojas, tallos o floraciones, haciendo menguar el aspecto en cuanto a la pigmentación, texturas y coloración del follaje.
Durante los meses más fríos del año en el hemisferio sur, junio, julio y parte de agosto, muchas plantas tienen que adaptarse a los exteriores con temperaturas muy bajas, por lo cual tienen que soportar las heladas. Las plantas pueden sobrevivir entre los 0 y 45 grados centígrados por debajo del punto de congelación, ya que el agua se congela y no tiene forma de absorberla, mientras que por encima de los 45º la planta se paraliza por cese del funcionamiento de sus proteínas, y llega a sufrir estrés calórico.
La variación de la temperatura afecta al crecimiento de ciertas hortalizas, alterando así su morfología, tanto interna como externa, incluyendo el proceso de su crecimiento, evolución de semillas y frutos en sí. Esto puede retardar el tiempo en el que se pueda desarrollar la planta en el proceso de germinación, inclusive.
Pasar del frío al calor
En el cambio de estación, de invierno a la primavera, muchas plantas tienen que adaptarse a un nuevo parámetro de tiempo y clima, como así también de iluminación, ya que las horas de sol se prolongan, por lo que influye en la fotosíntesis. El ambiente comienza a mostrar cierto contenido de humedad, y la temperatura aumenta, por lo cual muchas plantas comienzan a evolucionar dentro de un nuevo ciclo de crecimiento, y las floraciones en estación de primavera son mucho más continuas. Aunque hay ocasiones en que ciertas variedades de vegetales detienen su desarrollo en el momento en que el clima varía, pasando del frío al calor y necesitan de todo un proceso para la adaptación a la nueva estación.
Pasar del periodo seco al más húmedo
Tras varios meses de ambiente seco y bajos caudales de lluvia, en primavera comienzan a aparecer las lluvias de forma más frecuentes y con montos de precipitaciones contundentes, por lo que la tierra se regenera, adopta mayor contenido de humedad, lo que a la vez es muy favorable para el soporte principal que fomentará el crecimiento de los cultivos. Más allá de los riesgos de excesos hídricos al que las plantas tendrán que adaptarse, sobre todo los bulbos y tubérculos.
Entendiendo el crecimiento de la plata y la adaptación al clima
El desarrollo de la planta puede variar dependiendo del clima regional, como así también el clima estacional. Pasando del invierno a la primavera, el metabolismo de muchos ejemplares evoluciona y se acelera, con la llegada de temperaturas más cálidas, con el agregado de la humedad y más disponibilidad de agua en el suelo. Las raíces pasan a generar mayor absorción de minerales, por lo que influye en sí al desarrollo de esta, con la exposición de nuevos brotes y floración.
De la primavera al verano muchas plantas ya se han adaptado al calor, a un entorno más húmedo, como así también de calor prolongado y suelos seco, en caso de una región con clima árido-desértico, aunque la mayoría de plantas de zonas áridas, adaptan cierto grosor en sus hojas con mayor contenido de agua en su interior (tipo suculentas).
El cambio de la temperatura en las plantas tiene como efecto acelerar o bien entorpecer el crecimiento en general, ya sea en hojas, tallos, brotes, como así también en floraciones y frutos, y obstruye la circulación de líquidos vitales de la raíz al resto del ejemplar. A medida que la temperatura ambiente aumenta o bien desciende al punto de congelación alejándose de la temperatura ideal para un buen desarrollo, el ejemplar sufre lo que es el estrés calórico o el congelamiento de los tejidos y líquidos internos provocando la muerte de la planta.
Los daños a raíz de temperaturas influyen con un decaimiento general con el amarillentado de la las hojas o tornándolas marrón y derivando en algunos casos a la muerte, una vez que los líquidos vitales internos en tallos y hojas se interrumpe o disminuye su circulación y se detiene su normal desarrollo. Al pasar del invierno a la primavera las plantas también se pueden ver afectadas por agentes externos, ya sean plagas típicas de cada especie o cultivo, o bien hongos y otros patógenos.
Colaboración de autoría: Viviana Briggith Bermúdes
Estudiante de Ingeniería en Agronomía – Facultad de Ciencias Agropecuarias Universidad Nacional de Córdoba