El retroceso del consumo de la carne vacuna registrada en los últimos 3 meses, es un efecto claro del continuo aumento de precio de los principales cortes cárnicos, donde sólo va quedando la sombra de lo que se conoce como «7 cortes con precios cuidados».
Uno de los alimentos básicos dentro de la canasta social sigue aumentando, mes a mes se nota el incremento de los precios, lo que a la vez ha posicionado en un mejor lugar a la carne de pollo, a pesar de que esta también mostró un fuerte aumento de precios, y cortes de cerdo, que empujan para mantenerse algo más accesibles.
Todos los cortes vacunos considerados en el informe tuvieron en los últimos doce meses aumentos superiores a la inflación general, en un listado encabezado por el lomo (81,6%) y, en el otro extremo, el asado y la tapa de nalga (63,2% en ambos casos).
También como en los dos meses anteriores, los denominados «cortes económicos» (tortuguita, roast beef, carnaza común, picada común, falda y osobuco), fueron los que más aumentaron sus precios, con un 8,4%.
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Todo aumenta y el precio de la carne se dispara
La inflación de mayo involucra a la carne, con un aumento del 6,1% en el promedio de sus cortes, con un incremento del 8,4% en los más económicos, según reveló un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
La entidad precisó además que la suba interanual fue del 68,4%, en base a informes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), 10,6 puntos porcentuales más que la inf lación estimada para el período junio 2021- mayo 2022. Asimismo, hubo una reducción en la brecha de precios entre el corte de asado (el de consumo más popular) y el pollo, por lo que el mes pasado hicieron falta 3,51 kilos de pollo para adquirir un kilo de asado.
Todos los cortes vacunos considerados en el informe tuvieron en los últimos doce meses aumentos superiores a la inflación general, en un listado encabezado por el lomo (81,6%) y, en el otro extremo, el asado y la tapa de nalga (63,2% en ambos casos).
En medio de esos dos porcentajes, se anotaron en orden decreciente el pollo entero (76,4%), el osobuco (74,9%), la picada especial (69,5%), el vacío (67,1%), la bola de lomo (65,4%), la tapa de asado (65,1%) y el matambre (64%).
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«En mayo puede observarse un impacto heterogéneo de los aumentos con relación a los distintos cortes», indicó CEPA, que aclaró que es el tercer mes consecutivo en el que la carne vacuna registra alzas superiores a la inf lación, ya que subió 8,5% en marzo (el IPC fue de 6,7%) y 8,4% en abril (contra el 6% de inf lación general).
También como en los dos meses anteriores, los denominados «cortes económicos» (tortuguita, roast beef, carnaza común, picada común, falda y osobuco), fueron los que más aumentaron sus precios, con un 8,4%.
Por su parte, los cortes «intermedios» (tapa de nalga, tapa de asado, asado de tira, bife angosto, bife ancho, paleta y picada especial) tuvieron un incremento del 6,3% y los «caros» (peceto, lomo, bola de lomo, cuadril, colita de cuadril, nalga, matambre, vacío y cuadrada) registraron un alza del 5,7 por ciento.
Repaso desde 2020 El CEPA relevó la evolución del precio de la carne vacuna en los últimos dos años y señaló al respecto que «luego de las subas por encima del 75% de los precios al mostrador de la carne vacuna en 2020 (el doble que la inf lación de ese año), el primer semestre de 2021 comenzó con nuevas subas que totalizaron otro 35% de aumento», también superior a la inf lación de ese período.
«Ante esta situación, el gobierno tomó una serie de medidas para frenar los incrementos generalizados en la cadena de valor» que según la entidad «permitieron cortar la dinámica alcista y, entre julio y octubre, los precios retrocedieron el 3%».
Pero esa baja en los precios no pudo mantenerse y «noviembre y diciembre, meses donde suele aumentar el consumo, mostraron nuevamente incrementos sensibles en el precio de la carne promediando 11% y 10%, respectivamente».
«Estos incrementos se mantienen durante el primer bimestre del año de manera más moderada y en marzo y abril vuelve a acelerarse llegando al 8,5% y 8,4%, respectivamente», completó.
El pollo también sube El informe también analizó la evolución del precio de la carne de pollo (principal sustituto de la carne vacuna), que «por tercer mes consecutivo, mostró un fuerte aumento de 6,3 por ciento.
De esta forma, la relación entre el precio del asado y el del pollo, que llegó a ser de 4,04 kilos en diciembre del año pasado, se redujo a 3,68 en marzo y volvió a caer en mayo a 3,51 kilos de asado por kilo de pollo.
Para la entidad dirigida por Hernán Letcher, los aumentos en el precio de la carne vacuna explican «en buena medida» la reducción del consumo en los últimos años y su reemplazo «por otros tipos de carnes más económicas, como la aviar o porcina».
Al respecto, el Centro recurrió a informes de la Bolsa de Comercio de Rosario en los que se señala que «el consumo per cápita de carne vacuna continúa perforando el nivel histórico, situándose en abril en 46,17 kilos anuales por habitante».
La economista del CEPA Florencia Di Prinzio consideró que hay tres elementos que se combinaron para los aumentos de la carne: la suba de su precio a nivel internacional, el incremento del precio del maíz también a nivel internacional, y la creciente demanda de exportaciones.