La persistencia de déficit hídrico, la amenaza de clima seco a la salida del invierno y la posibilidad de una nueva Niña, la pérdida de competitividad del trigo.
La Niña es un evento que está normalmente vinculado a una merma en las lluvias de la Argentina. Si bien el fenómeno que se espera hasta el momento sería de una intensidad débil, no deja de preocupar al sector productivo por el impacto que podría tener sobre los cultivos.
La sequía se hizo sentir en los últimos 12 meses en gran parte del país, dejando en jaque a varias zonas rurales. El 2022 enfrenta el tercer evento Niña, fenómeno climático que combina falta de precipitaciones y altas temperaturas. La Niña continuará instalada en nuestro país, eso hace que las precipitaciones sean menores que las esperadas, teniendo en cuenta la etapa del año, donde el clima más seco se potencia.
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Perspectivas del trigo y el clima no favorable
Trigo 2022/23: las intenciones de siembra señalan una caída del 10% en la siembra respecto a hace un año
De acuerdo al último informe de la Guía Estratégica para el Agro, «serían 160.000 hectáreas menos respecto a las 1,7 M de ha implantadas en el 2021», afirman los especialistas. Y podría caer más: “si no llueven los 100 mm que faltan para arrancar con un perfil de suelo cargado razonablemente, la caída en la intención de siembra podría ser mayor”, advierten desde Bigand. En la región hay productores que siguen esperando y tratando de no bajarse del trigo y otros que no dudan en señalar una caída del 15% respecto a las hectáreas sembradas un año atrás. El Trébol, Carlos Pellegrini y Cañada Rosquín intentarán mantener la misma superficie de la campaña pasada. Bigand caería entre un 5 y un 10% con la esperanza puesta en que las lluvias de la última quincena de abril y la primera de mayo resuelvan la faltante de milímetros. En Cañada de Gómez bajaría un 10%, en Marcos Juárez un 15% y en Pergamino entre un 10 a 20%. ¿Cuáles son las causas? La persistencia de déficit hídrico, la amenaza de clima seco a la salida del invierno y la posibilidad de una nueva Niña, la pérdida de competitividad del trigo frente a otros cultivos y la suba que no dudan en calificar de récord en la relación insumos/productos, especialmente en fertilizantes.
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Menor fertilización, el otro factor que hunde la producción de trigo 2022/23
“Este año, el trigo es una cuestión cantidad, por las hectáreas que se implanten, pero también de calidad. El nivel tecnológico va ser muy diferente al que se venía usando”, comentan los técnicos del área. Por un lado, los arrancadores a utilizar, tanto en trigo como en maíz, serán de calidad inferior. “Se dejarán de lado los productos más completos, para utilizar otros con menos nutrientes. La nutrición del cultivo va a bajar de calidad”, dicen. Por otro lado, “la fertilización nitrogenada que venía en aumento, acomodándose a las necesidades reales de los suelos y los cultivos, retrocederá a valores que no se veían en los últimos años. En esta campaña, la dosis no alcanzará para cubrir los requerimientos y obtener el potencial del cultivo”. El porqué de esto es claro: “elevados y exagerados costos”, coinciden en señalar en la región los técnicos. Se estima que la dosis media de fertilización con urea podría caer hasta un 20% en la región pudiendo disminuir en hasta 10 qq/ha los rindes potenciales.
Lluvias de abril: todavía insuficientes para la siembra trigo
En las últimas 24 horas (miércoles 20 de abril) se registraron lluvias que promediaron 8,5 mm en la región. Muchos sectores no registraron milímetros. Otros alcanzaron los 20 mm, como Carlos Pellegrini, (centro sur de Santa Fe), Zavalla (sur provincial), y Colonia Almada (este de Córdoba). “Las lluvias con las que cerró la primera quincena de abril prevalecieron sobre la franja este de la zona núcleo, pero con un gradiente negativo que se va acentuando hacia el oeste de la provincia de Córdoba”, señala Aiello. “Si bien las precipitaciones continuaran de forma intermitente durante toda la semana, no indican un claro cambio de esa tendencia antes de mayo, momento en el que normalmente las lluvias comienzan su retracción estacional”.
Factores de impacto en la siembra de trigo
De acuerdo con el relevamiento de la intención de siembra de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se han identificado una serie de factores que explicarían en gran medida la caída interanual del área destinada al trigo prevista para este nuevo ciclo, entre los que se destacan:
- Un escenario climático global en transición de “La Niña Débil” hacia un “Neutral Frío”.
- Elevados costos de insumos claves para el paquete tecnológico aplicado al cultivo.
- Dificultades para el abastecimiento de fertilizantes y combustibles.
- Políticas de derechos de exportación y restricciones comerciales que impactan sobre los precios recibidos y el normal funcionamiento de los mercados.
- Expectativas de nuevos cambios en estas políticas y mayores restricciones.
- Una mayor intención de siembra de cebada, principal competidor del trigo sobre el extremo sur de la región agrícola. Esta intención estaría traccionada por los mayores precios de la cebada, las ventajas que posee este cereal para los planteos de soja de segunda, y las menores expectativas de intervención sobre el cultivo a través de políticas públicas.
Si bien este conjunto de factores podría traccionar una mayor caída interanual del área sembrada, existen otros factores que atemperan la caída y permiten proyectar una superficie aún por encima al promedio de siembra de las últimas cinco campañas. Entre los factores positivos se destacaron:
- Un favorable escenario de precios para el trigo y expectativas positivas ante la situación del mercado internacional.
- Buen desempeño del trigo ante escenarios climáticos adversos, con buenos rendimientos recolectados durante el ciclo previo, a pesar del impacto climático de “La Niña” durante el ciclo 2021/22.
- El rol del cultivo en la rotación y los servicios que brinda al sistema productivo.
- La posibilidad de ajustar la inversión en tecnología, gracias a la diversificación en la aplicación de fertilizantes a la siembra o en macollaje, permitiendo de esta forma ajustar dosis en función de la evolución del clima y el potencial del cultivo.