El clima en los últimos dos año trajo más de un dolor de cabeza a los productores sojeros, las pérdidas en hectáreas son numerosas, y las 300.000 toneladas cosechadas hasta el momento, no alcanzaron. El precio del grano vuelve a subir.
La sequía y sus efectos colaterales sigue complicando al mercado de la soja, a causa, se vive la menor producción en 23 años. Los productores se ven alertados ante la situación, ya que en relación con la campaña pasada. Los 25 millones de toneladas que se esperan producir en la campaña representan una caída del 40% , y la mitad del promedio de la última década, lo que significa un duro golpe para el complejo sojero, teniendo en cuenta que se reducirían un 30%, estimándose las pérdidas en torno a los u$s 7.300 millones.
Dentro del contexto actual, el grano se vio en posición de alza durante las últimas jornadas, según el reporte diario divulgado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR. Dentro de los detalles del informe se destaca que fue clave la estimación que dio el USDA para la producción de Argentina ya que los analistas esperaban 29,3 Mt en términos promedios y el USDA publicó 27 Mt, un recorte de 6 Mt respecto a la estimación de marzo. Limitó las subas el aumento mayor al esperado en la producción de Brasil 2022/23.
Todo el declive está sujeto a la merma de cultivos y baja cosecha durante los últimos periodos donde la ausencia de lluvias provocaron un gran deterioro en suelos y cuantiosas pérdidas de hectáreas. En la campaña actual, se calcula que se sembraron 16 millones de hectáreas (Mha) de soja. En las últimas 7 campañas, se viene mostrando una caída ininterrumpida, si bien se mantiene como el principal cultivo en área sembrada en el país, desde el récord de las 20,3 Mha que se sembraron en la 2014/15. El área destinada al cultivo en la 2022/23 representa la menor área sembrada con la oleaginosa desde la 2005/06.
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La sequía lo complicó todo
Durante la última campaña de la gruesa, la zona núcleo presentó la cosecha más baja de soja de los últimos 23 años, según lo informado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Durante la campaña, la producción cayó 300.000 toneladas y se estiman 10,3 millones de toneladas. Por la sequía quedaron fuera de juego 400.000 hectáreas.
“Solo sigue productivo el 84 % de la intención original de siembra que era 5,1 millones de hectáreas”, indicó la Guía Estratégica para el Agro. Al mismo tiempo, las previsiones climáticas a corto y mediano plazo siguen siendo inciertas.
Vale destacar que con una pérdida de casi 200.000 hectáreas, la zona donde se recortó el mayor hectareaje fue en el noreste bonaerense, dónde cerca del 90 % de los cuadros era soja de segunda. Mientras que en el sur de la provincia de Santa Fe, la baja es de 90.000 hectáreas.
Dentro de este contexto poco optimista, la la BCR destacó que “El impacto de las lluvias de los últimos 15 días no está siendo prometedor: la estimación de rinde solo mejoró un qq/ha respecto de los 23 qq/ha estimados un mes atrás. Con estos guarismos (24 qq/ha y 4,3 M ha), la región cosecharía 10,4 millones de toneladas, la marca más baja de los últimos 15 años de la región”.
La soja de primera es la más complicada. El 80 % entró en periodo crítico, mientras que el 10 % de la soja de segunda está en floración y sufriendo la sequía. Mientras «La Niña» se mantenga activa, aunque ya más débil, y siga influyendo en el régimen de lluvias, son pocas las opciones que el productor tiene para planificar la próxima campaña.
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Pérdidas importantes para el campo
Se prevé que las pérdidas del campo por la sequía equivaldrían a casi 2 puntos del PBI. En una campaña marcada por la falta de lluvias en las principales regiones productoras, los efectos se hacen notar.
Según lo informado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la sequía que sufre la mayor parte del país causa un impacto negativo, en relación a las proyecciones de septiembre, que ya es equivalente al 1,1% o 1,8% del PBI.
Por su parte, también se proyectan caídas en las exportaciones agroindustriales de hasta USD 14.115 millones.
“Dado el desfavorable contexto climático que atraviesa la campaña 22/23, se espera una significativa afectación en la producción”, remarcan desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, quienes destacaron que si bien los rendimientos de los cultivos de invierno ya están determinados, “los cultivos de verano se encuentran en plena siembra en el norte del área agrícola, e iniciando etapas reproductivas sobre el centro. El panorama es aún incierto ya que las condiciones climáticas continuarán siendo un factor determinante para la producción”.
En cuanto a los cultivos de invierno, los más afectados por la sequía, el relevamiento planteó que desde septiembre del 2022 los niveles de producción de cebada y trigo sufrieron recortes de 1,2 y 5,1 millones de toneladas respectivamente, finalizando con una producción de 3,8 millones de toneladas y 12,4 millones de toneladas, respectivamente. “En términos generales, la ausencia de precipitaciones a lo largo de la campaña, junto a las reiteradas heladas en momentos críticos para la definición de los rendimientos, provocaron mermas y pérdidas de área cosechable, siendo el Centro-Norte y Sur de Córdoba, ambos núcleos y el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, las regiones más afectadas”, especifican los especialistas de la Bolsa.
El informe plantea dos posibles escenarios. “El escenario A implica una reducción del área sembrada y una merma en los rendimientos promedios menor a la proyectada en el escenario B en la cual la situación climática demora más en recuperarse”. Para la campaña gruesa, se estimó “Escenario A” con una cosecha de soja en 41 millones de toneladas, de maíz en 44,5 millones de toneladas y de girasol en 3,7 millones de toneladas. Sin embargo, en el “Escenario B”, el más pesimista, se estima 35,5 millones de toneladas de soja, de maíz en 37,8 millones de toneladas y girasol con 3,5 millones de toneladas.
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Ante estas dos posibilidades, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, aclaró: “Ambos escenarios presentan una posibilidad de ocurrencia real, los que podrían alcanzarse en caso de persistir las condiciones agroclimáticas actuales”.
La situación es delicada, y las pérdidas económicas a causa repercutirán en los próximos meses, incluso, durante la campaña agrícola entrante.
Con información de: https://news.agrofy.com.ar/