La herramienta que revolucionó el acopio de granos a nivel mundial se exporta a más de 50 destinos. Su flexibilidad sin igual, sumada a su bajo costo y excelente hermeticidad, la posicionan como la solución estratégica preferida por productores y la agroindustria.
Lo que empezó como una solución simple a la falta de espacio en puertos y acopios se ha transformado en un cambio de paradigma en la postcosecha global. La tecnología del silobolsa (una bolsa de polietileno con capacidad para hasta 200 toneladas de granos) es un invento argentino que hoy almacena entre 50 y 55 millones de toneladas de granos por año en el país.
Innovación disruptiva con sello argentino
Este desarrollo se exporta a más de 50 países, consolidándose como un caso de innovación disruptiva que marcó un antes y un después en la forma de almacenar granos en todo el mundo, especialmente en naciones con déficit de acopio.
Ricardo Bartosik, investigador del INTA Balcarce, subraya que el INTA fue un actor clave que sentó las bases tecnológicas para su implementación y desarrollo.
El silobolsa ofrece ventajas logísticas y económicas cruciales:
- Genera capacidad de almacenamiento adicional en el campo.
- Permite segregar granos y mantener su identidad varietal.
- Reduce costos logísticos al ofrecer flexibilidad.
- Se adapta a distintas escalas productivas.

Proyección al futuro: Digitalización y trazabilidad
Bartosik asegura que el futuro del sistema pasa por la incorporación de valor tecnológico. El próximo paso es integrar sensores, inteligencia artificial y monitoreo remoto para anticipar problemas y garantizar la trazabilidad de los granos. El silobolsa evoluciona, pasando de ser una simple bolsa a un sistema proyectado a la agricultura digital.
Claves de conservación y desafíos
La efectividad del silobolsa radica en su condición hermética, que restringe el intercambio de gases y crea un ambiente con bajas concentraciones de oxígeno y altos niveles de CO2. Esta atmósfera modificada protege la calidad de los granos.
Ensayos con maíz, soja, trigo y girasol han demostrado que, en productos secos, no se registran pérdidas de calidad durante al menos un año de almacenamiento, incluso bajo condiciones climáticas adversas.
Sin embargo, el especialista advierte sobre dos puntos críticos:
- Humedad: Es el «peor enemigo de la conservación» y limita el tiempo de almacenamiento seguro.
- Fragilidad: Pese a su hermeticidad y flexibilidad, el silobolsa es frágil, por lo que es fundamental un monitoreo constante y buenas prácticas de manejo.
Un ecosistema tecnológico consolidado
La popularidad y demanda del silobolsa han impulsado la creación de un clúster nacional de empresas dedicadas a desarrollar maquinaria, insumos, sellados y sistemas de monitoreo. Este ecosistema tecnológico tiene más de 20 años de experiencia y continúa innovando junto al INTA.

Cónclave internacional
Todo este conocimiento se pondrá en común en el 2º Congreso Internacional de Silobolsa que se realizará del 15 al 17 de octubre en Balcarce, Buenos Aires.
Bajo el lema «Expandiendo Horizontes: El Futuro del Silobolsa en la Agricultura Global», el evento reunirá a expertos nacionales e internacionales para debatir sobre:
- Experiencias de uso, maquinaria e innovaciones tecnológicas.
- Logística, trazabilidad, identidad preservada y economía.
- Hermeticidad, atmósferas controladas y calidad del grano.
- Monitoreo, control de insectos, prevención de micotoxinas y reciclado de plásticos.
Este congreso incluye conferencias, rondas de negocio y un día de campo, buscando conectar la tecnología argentina con el futuro de la agricultura mundial.
Con información de: https://www.argentina.gob.ar/