Los alimentos siguen aumentando su costo, lo que va acorde a la inflación que ha escalado de manera vertiginosa en los primeros meses del año.
Es alarmante notar e informar, que durante el primer trimestre de este año la inflación fue más de 20% y casi no hubo subas salariales. El «efecto arrastre» de la inflación en los alimentos arrasa con cualquier recuperación salarial que se pudiera haber producido en un año de crecimiento de 10% en el PBI, y sigue hundiendo el poder adquisitivo de los asalariados del sector informal.
Mes a mes se ha notado el incremento en los costos de los principales productos alimenticios que conforman la canasta básica del argentino, desde los lácteos, a la carne y el pan, más allá de las medidas adoptadas por el gobierno para frenar el impulso alcista que parece haber tomado un ritmo con poco declive, al menos, en la puerta del sexto mes del año.
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Brecha de precio y aumento en los costos
Las estadísticas refleja lo mencionado en el mes de abril, que de acuerdo al informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la brecha de precios para los 24 principales productos claves de la alimentación diaria de los argentinos tuvieron una suba importante, desmedida en relación a lo que cobra el productor.
En efecto, por los principales productos agropecuarios que componen la mesa familiar, los consumidores pagaron en promedio 3,3 veces más de lo que cobraron los productores en abril. El indicador, que es un promedio ponderado de los 24 agro-alimentos más vendidos de ese mes, subió 5,4% cuando se la compara con el valor de marzo (3,13).
La causa de la mayor brecha hay que buscarla principalmente en un conjunto de verduras de hojas verdes, que combinaron fuertes subas de precios al consumidor y bajas profundas en los precios pagados al productor. Fue el caso de la Berenjena, el Brócoli y el Repollo, donde los precios al consumidor tuvieron un alza promedio de 17% pero al productor se le pagó 32% menos. También contribuyeron el Limón y la Naranja.
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En el promedio, el aumento mensual del IPOD, considerando las estacionalidades de los productos, responde a que los precios que se le pagaron al productor bajaron 7,2% en el mes, mientras que en destino los comercios minoristas tuvieron una suba del 3,3% y los hipermercados una suba del 0,85%.
Los productos que más vieron subir sus brechas, en orden, fueron: Berenjena (+97,1%), Limón (+74,1%), Brócoli (+68,0%), Naranja (46,0%) y Repollo (37,6%). En total, el 66,7% de los alimentos medidos aumentaron sus brechas en el mes. En cambio, el 33,3% las mejoraron, con las principales bajas en Cebolla (-37,2%) y Papa (-12,3%).
En los comercios pymes, subieron sus precios el 70,8% de los productos relevados, mientras que en los hipermercados, el 41,7%. Sin embargo, para el 63,0% de los productos medidos, los precios en las verdulerías fueron menores a los precios que ofrecieron los hipermercados.
Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME en base a los precios de origen de las principales zonas de producción y a más de 700 precios de cada producto en destino, relevados no solo en verdulerías y mercados por un equipo de 30 encuestadores, sino también mediante un monitoreo de los precios online de los principales hipermercados del país, durante la segunda quincena del mes.
Resultados de abril
IPOD fruti-hortícola: subió 15,7% en el mes. La brecha fue de 5,31 veces si se toma el promedio ponderado según la participación de cada producto en las ventas del mercado de ese mes.
IPOD ganadero: bajó 3,6% en el mes, a 2,99 veces (promedio ponderado).
Participación del productor en el precio final: bajó de 30,8% en marzo a 27,3% en abril.