El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda consumir pescado durante Semana Santa y destaca la importancia de incluirlo en la dieta infantil y de adultos mayores.
Durante la Semana Santa, el pescado se convierte en un alimento clave. Rico en proteínas de alta calidad y fácil de digerir, ofrece importantes beneficios nutricionales. Además, es una fuente valiosa de vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3, esenciales para una dieta equilibrada, especialmente para los niños, es por eso que a pesar de la versatilidad de este alimento hay que seguir algunas pautas de calidad alimentaria para evitar el mal consumo.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) garantiza la seguridad del pescado que llega a los consumidores. Este organismo supervisa directamente toda la cadena de producción pesquera, asegurando el cumplimiento de las normas higiénico-sanitarias en los establecimientos donde se procesan, elaboran e industrializan productos, subproductos y derivados de la pesca y la acuicultura.
Pautas para el consumidor
Recomendaciones para la compra y manipulación de pescado y mariscos:
Debido a su rápida descomposición, el pescado requiere una refrigeración constante hasta su consumo. Por ello, es crucial adquirirlo en establecimientos que cumplan rigurosas normas de higiene y manipulación.
Los especialistas de Inocuidad de Productos de la Pesca y Acuicultura del Senasa, enfatizan: «Es fundamental comprar productos pesqueros en comercios legales, evitando lugares de dudosa procedencia».
Dentro de las pautas más importantes a considerar, el Senasa aconseja adquirir pescado fresco en establecimientos habilitados, verificar su aspecto (ojos brillantes, piel firme, olor fresco) y conservarlo refrigerado o congelado hasta su consumo.
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Consejos para la manipulación segura:
- Higiene: Quienes manipulan pescados y mariscos deben seguir procedimientos estrictos para prevenir la contaminación.
- Refrigeración: El pescado debe conservarse en abundante hielo en escamas, permitiendo la circulación del aire.
- Frescura: Un pescado fresco no huele a pescado, sino a mar y algas.
- Inspección: Verifica la limpieza de mesadas y utensilios, así como la cantidad y condición del hielo.
- Características: Un pescado fresco presenta ojos brillantes, agallas rojas y escamas firmes. Estas pautas aplican tanto a pescados de mar como de agua dulce.
Puntos clave a recordar:
Comprar en comercios legales garantiza la calidad y seguridad del producto.
La cadena de frío es esencial para la conservación del pescado.
La higiene en la manipulación es fundamental para evitar la contaminación.
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Para garantizar la frescura y seguridad del pescado, es crucial seguir estos consejos al hacer las compras:
- Orden de compra:
- Dejar el pescado para el final, minimizando el tiempo fuera de refrigeración.
- Utilizar bolsas térmicas para el traslado.
- Planificación:
- Comprar la cantidad justa para evitar sobras, ya que el pescado pierde calidad en 24 horas.
- Preferir comprarlo temprano en la pescadería.
- Almacenamiento en casa:
- Refrigerar inmediatamente en los estantes inferiores de la heladera.
- Guardarlo en recipientes cerrados para contener líquidos y olores.
- Seguridad alimentaria:
- Siguiendo estas recomendaciones, se asegura el consumo de alimentos saludables y seguros, controlados por el Senasa.
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