El gobierno de Lula da Silva reactivó un proceso para evaluar la aplicación de sobretasas a las importaciones de leche en polvo provenientes de Argentina y Uruguay, en medio de la presión del sector tambero brasileño y crecientes tensiones dentro del Mercosur.
Brasil volvió a poner bajo la lupa a la leche argentina. El Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC) anunció el inicio formal de una investigación antidumping sobre las importaciones de leche en polvo, una medida que podría derivar en la aplicación de sobretasas provisorias en el corto plazo.
La iniciativa responde al fuerte reclamo del sector lechero brasileño, encabezado por la Confederación Nacional de Agricultura y Ganadería (CNA), que advierte sobre una “situación calamitosa” para los productores locales ante el ingreso de leche más competitiva desde Argentina y Uruguay. La investigación podría extenderse hasta junio del próximo año, aunque no se descarta la adopción de medidas transitorias por un período inicial de cuatro meses, prorrogables por otros dos.
Uno de los puntos centrales del proceso es el reconocimiento oficial de que la leche en polvo y la leche cruda son esencialmente el mismo producto, al tratarse de leche deshidratada. Este criterio habilita a la CNA a impulsar la denuncia y constituye un cambio relevante respecto de planteos anteriores que no habían prosperado.
Desde el sector brasileño sostienen que entre 2021 y 2023 Argentina exportó leche en polvo a precios inferiores a los de su propio mercado interno, lo que consideran un indicio clave de dumping. No obstante, la investigación deberá probar también daño al mercado local y un nexo causal directo con las importaciones.
En el gobierno argentino, en tanto, crece el malestar por una decisión que consideran carente de fundamentos técnicos y que podría tensar aún más la relación comercial bilateral, en un contexto regional marcado por disputas similares en otros complejos productivos.
