En esta entrada de la huerta en casa te vamos a contar cómo extraer la semilla de un anquito, cómo conservarla y prepararla para que la puedas sembrar y obtener una planta con sus frutos.
El anquito o calabacín dulce (Cucurbita moschata) su nombre científico, es uno de los alimentos claves dentro de las hortalizas, un alimento con aportes muy sustanciosos para el correcto funcionamiento del organismo. El anquito, al igual que la calabaza o el zapallo dulce, es una fuente de fibras con muchas propiedades.
Dentro de lo culinario, tienen muchas maneras de consumirlo, ya sea hervido, en puré, en dulce, o agregado en caldos y sopas, lo que lo convierte en una de las hortalizas más versátiles para su uso diario.
Si eres de consumir frecuentemente el anquito, no tires la semilla, ya que con un simple tratamiento podrás obtener la clave para generar una planta propia, y con el paso del tiempo obtener sus frutos.
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¿Cómo extraer correctamente la semilla del anquito?
1- Si vas a la verdulería del barrio y logras obtener una mitad de un anquito maduro, o que provenga de un huerto casero, mucho mejor aún . De no ser así, compra en la verdulería, solicita la parte más madura.
2- Una vez que tengas la mitad del anquito , con una cuchara limpia, realizarás un escarbando de la zona del centro, donde se encuentran amontonadas las semillas y la pulpa. Con cuidado vas a empezar a separar las semillas del resto.
3- Una vez que obtengas la parte central con las respectivas semillas, las llevarás a una superficie limpia y comenzarás a separarlas de la pulpa, una a una, con mucha paciencia. Cuando hayas extraído un puñado de semillas, la vas a lavar y secar con servilleta, asegurándote que no queden resto de fruta.
4- Una vez realizado el último paso, vas a colocarlas semillas limpias entre los pliegues de una hoja de papel periódico y realizarás un plegado a modo de que estás queden en el centro . Cuándo lo hagas, llevarás el papel con las semillas a un lugar oscuro, seco y fresco, dejándolo por una semana al menos (7 días).
5- Al cabo de este tiempo sacamos las semillas de su lugar y nos aseguramos de que no se hayan formado hongos alrededor. De no ser así, la rociamos con un poco de agua con un atomizador, y las colocamos una noche más entre los pliegues de un papel de servilleta.
6- Al día siguiente, ya tendrás las semillas de anquito listas para sembrar en tierra. Si lo haces directamente en la huerta, asegúrate de hacerlo en una tierra trabajada, con compost y humus, preferiblemente tierra negra ya abonada.
7- A las semillas las depositas en pequeños agujeros que harás con tu dedo, a una profundidad de no más de 3 centímetros. Cubrirás con una fina capa de sustrato, sin presionar la superficie. Seguido a esto, regaras levemente la tierra, logrando humedecer y no saturar con el agua.
8- Ahora será cuestión de esperar a que las semillas terminen su germinado en el suelo de la huerta, realizando un regado durante la tarde, y no en la noche. También puedes regar en las primeras horas de la mañana, cuando el sol aún no ha alcanzado su punto más alto e intenso.
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Nota: Jesús Canto