A la hora de planear nuestra huerta de invierno, una de las cosas más importantes es plantar en la época adecuada, ya que todos los cultivos no crecen y producen en cualquier época del año.
Es por ello que respetar el calendario de siembra es fundamental para asegurarnos de que nuestras plantas van a crecer adaptándose al clima y su crecimiento será el adecuado.
La idea de una huerta familiar es el primer paso hacia una alimentación sana, de calidad y económica durante la mayor parte del año. Para ello debemos tener en cuenta algunos factores a la hora de preparar la huerta.
En el otoño – invierno, se pueden cultivar especies que se adaptan a las bajas temperaturas como la acelga, lechuga, achicoria, rabanito, zanahoria. Pero las que son propias de la época son la cebolla, puerro, coliflor, brócoli, repollo, habas, remolacha, arveja, ajo, espinaca y escarola
Espacio:
En primer lugar, se debe verificar que no haya estructuras que arrojen sombra constante sobre la huerta. En lo posible, sin pendiente, y de encontrarse el terreno con la misma, sembrar en surcos contrarios a la dirección de la inclinación.
Otro factor importante es contar con algún tipo de cobertura, sobre todo en lugares con viento. Puede ser una cobertura natural, con setos, cipreses, etc. o con muros, mallas o plásticos.
Suelo apropiado:
Se necesitan de suelos profundos, ligeramente ácidos, no muy pedregosos ni muy arcillosos. Todo esto es lo ideal, pero también se podrá sembrar en el patio de casa sin problema.
Si se observa que la tierra tiene un color muy pálido cuando se cava, incluso aunque esté húmeda, es posible que se necesite agregar compost o algún abono orgánico.
Agua de calidad:
El agua utilizada para regar debe ser de calidad, es decir, equilibrada en su composición mineral. Ni muy ácida ni muy alcalina, y con baja salinidad (si es agua potable del grifo, es suficiente).
En cuanto a la frecuencia de riego, dependerá del tipo de suelo en el cual se haya sembrado y de su capacidad de retención de agua. Se deberá mantener el suelo húmedo siempre, sin que se vea agua superficial.
Algunas herramientas:
No se necesitará de maquinaria pesada. Con algunas herramientas como palas, azadas y rastrillos, será suficiente. Al principio será necesario remover bastante el suelo para lograr una buena textura y con el tiempo intentar lograr la menor labranza posible.
Entonces… ¿qué sembrar en invierno?
Es recomendable previo a la hora de sembrar, planificar consociaciones de plantas, por ejemplo habas (crecen en altura) con rabanitos (no crecen en altura y generan un bulbo).
Las principales plantas que sembrar en invierno son:
- Hojas verdes: lechuga, acelga, espinaca. La siembra es directa sobre la tierra o sobre speedling (bandejas que contienen espacios para colocar tierra y una sola semilla. Esto evita ruptura de raíces al transplantar).
Lo ideal es dejar espacio de 10-15 cm entre plantas para que puedan crecer. Una opción es sembrar varias semillas y una vez que las plantas tienen 3-4 hojas, sacar las más débiles y dejar el espacio correspondiente entre una y otra.
- Ajo y cebolla: en el caso del ajo se debe enterrar un diente a 3 cm de profundidad (con la puntita hacia arriba) y luego esperar a que saque hojas verdes.
La cebolla es de semilla y se deben separar 15 cm entre planta y planta, ya que le gusta el sol.
En ambos casos, se debe realizar el mismo procedimiento para favorecer el crecimiento del elemento comestible. En ajo cuando las hojas miden 20 cm y en cebolla cuando las hojas están amarillentas.
Tomar las hojas con la mano, pisar alrededor de las mismas y tirar hasta que se desprendan. Este paso favorece el cúmulo de energía en el bulbo.
- Rabanito: requiere de poco espacio (10 cm entre cada planta). La siembra es directa, se debe mantener siempre la humedad, pero evitar el barro. Su crecimiento es muy rápido.
- Habas y arvejas: fáciles de cultivar, se siembran en surco a 10 cm una de otra y se cubren con 2 cm de tierra. Se necesita de una espaldera o tutor para que se mantengan erectas.
- Brócoli, coliflor y repollo: son cultivos largos, pero ricos. Todos son de almácigo y se transplantan a tierra cuando cuentan con 4 a 6 hojas. Se debe dejar un espacio de 40 cm entre una planta y la otra y darle cobertura al suelo.
La cosecha dependerá de la fecha de siembra y del ciclo de cada cultivo. Para tener esto más claro y ayudarte a armar un calendario, te mostramos el tiempo entre siembra y cosecha de cada cultivo.
- Hojas verdes: entre 50 y 60 días, llegando a 90 días en el caso de la espinaca.
- Ajo y cebolla: alrededor de 4 meses luego de su siembra.
- Rabanito: entre 30 y 60 días dependiendo de factores del clima.
- Brócoli, coliflor y repollo: pueden tardar más de 6 meses desde siembra a cosecha.
- Habas y arvejas: entre 4 y 5 días para consumo fresco.