Se confirmó la resistencia a glifosato en un biotipo de pasto cuaresma en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Así se suma una nueva especie a la cada vez más extensa.
Las malezas resistentes tienen su origen en una conjunción de factores concurrentes tales como la siembra directa (SD), la tecnología genética de resistencia al glifosato (RG), escasas rotaciones y el herbicida glifosato como mono producto y el uso de distintos herbicidas con el mismo modo de acción. En un análisis de estos factores observamos que la siembra directa creció en los últimos 20 años en la República Argentina, en 1991 se realizaron las primeras siembras con grandes inconvenientes principalmente por el manejo de malezas y la maquinaria, la no remoción de suelo entorpecía las labores de control de malezas y el uso de glifosato estaba circunscripto al uso de aplicaciones posicionales.
A diferencia del cultivo, la maleza no tiene valor de uso (alimentación, fibra, forraje, energía) ni valor de cambio desde la perspectiva de quien usa la tierra y en el marco de la especificidad histórica de las relaciones sociales en las que se inscriben sus prácticas. Además, en el marco histórico de una agricultura capitalista que usa semillas genéticamente modificadas (GM), las malezas resistentes y/o tolerantes afectan negativamente al valor de cambio del cultivo.
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El pasto cuaresma dentro del mapa de maleza resistente
Se detectó un nuevo caso de resistencia a los herbicidas. En esta oportunidad, Aapresid informó un alerta roja en pasto cuaresma (Digitaria sanguinalis) por resistencia al glifosato.
Desde Aapresid informaron que la detección se dio en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. “Así se suma una nueva especie a la cada vez más extensa lista de malezas resistentes en Argentina, que hoy alcanza los 42 biotipos, 28 de ellos con resistencia a este herbicida”, aclararon.
Por otra parte, no había antecedentes y se trata del primer caso a nivel mundial de Digitaria sanguinalis resistente a glifosato.
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Digitaria sanguinalis
Se trata de una maleza anual de ciclo primavera-estivo-otoñal. “En la Argentina se la encuentra en los cultivos de verano con una amplia dispersión, que va desde el límite norte del país hasta la provincia de Río Negro”, destacaron desde Aapresid.
Además, agregaron que posee gran capacidad de generar semillas. Por otra parte, tiene una emergencia de plántulas extendida en el tiempo a través de distintas cohortes, que le permiten escapar de los controles químicos con herbicidas como glifosato, ACCase, ALS o VLCFA.
Los técnicos informaron que se identificaron poblaciones de D. sanguinalis resistentes a diversos grupos de herbicidas (inhibidores de atrazina, ACCasa o ALS) en Australia, Canadá, China, la República Checa, Nueva Zelanda y los EE. UU., aunque no habían sido documentadas poblaciones resistentes al glifosato hasta el momento.
En esta oportunidad, los investigadores Yanniccari, Marcos (Chacra Experimental Integrada Barrow – CONICET – Facultad de Agronomía UNLPam) y Ramón Gigón (Asesor privado), llevaron adelante el trabajo que confirmó la resistencia de esta maleza a glifosato y que fue publicado en la revista Pest Management Science.
“El trabajo tuvo como objetivo caracterizar el nivel de resistencia al glifosato a nivel molecular, fisiológico y enzimático, así como la supervivencia de las plantas en una población de D. sanguinalis expuesta durante varios años a la selección de glifosato en condiciones de cultivo extensivo”, señalaron desde Aapresid.