Con la llegada de las lluvias, en combinación con el calor y la humedad, las colonias de hormigas voladoras aparecieron en grandes grupos para colonizar la ciudad de Córdoba.
Con las primeras lluvias abundantes de la primavera y las elevadas temperaturas, el escenario es propicio para que proliferen algunos insectos que son los que más se sienten a gusto con este clima, sobre todo se destacan las hormigas aladas, conocidas como las hormigas voladoras.
En los últimos días, con los suelos más húmedos, muchos patios, jardines, calles y plazas de la ciudad de Córdoba y en gran parte de la provincia se vieron invadidas por grandes colonias de estos insectos, en algunos casos, en grandes grupos a modo de enjambre.
Para la tranquilidad de la gente, las hormigas voladoras no son peligrosas, tampoco revisten peligrosidad para las mascotas. Las hormigas voladoras no muerden y no son venenosas. Sin embargo, una gran cantidad de hormigas puede provocar una infestación total de hormigas alrededor de su hogar, incluso invadir jardines y anidar entre las plantas.
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¿Por qué aparecen?
Cuando las condiciones ambientales son las ideales, sobre todo época de primavera y verano, momento en que la humedad generada por lluvias recientes se combina con temperaturas cálidas, se crea el ambiente propicio para su aparición. Un ejército de hormigas voladoras.
En espacios verdes, en la tierra o en las paredes, este insecto aprovecha dichas condiciones meteorológicas tan concretas para hacer acto de presencia, una presencia que no suele pasar desapercibida, ya que normalmente se reúnen en grandes grupos alrededor de nidos temporales que generan en suelos de tierra húmeda o en los mismo tronco de los árboles. No es extraño ver a cientos de hormigas volar con un objetivo claro: el apareamiento.
Las conocidas hormigas voladoras no son una especie distinta, sino que se trata de los individuos con capacidad de reproducción de las colonias. Las hormigas obreras son estériles, por lo que las que desarrollan alas son las encargadas de la procreación, de entre las cuales surgirán además las nuevas reinas.
Los machos mueren tras la fecundación, mientras que las hembras pierden las alas, entierran sus primeros huevos y se disponen para la creación de un nuevo hormiguero. Para que el proceso se realice con la mayor efectividad posible, los vuelos están sincronizados. Esto da lugar a la coincidencia de tantos de estos insectos, lo que puede resultar un incordio si se cuelan en nuestros hogares o nuestras terrazas.
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¿Cómo combatirlas?
Un remedio casero a base de agua con jabón (en una proporción de dos a uno) y unas gotas de aceite de menta. Se deposita en una botella con pulverizador y se mezcla bien. Después ya estará listo para rociarlo contra las hormigas aladas para neutralizarlas.
— Una alternativa a esto último es emplear lavavajillas de cocina rebajado con agua. Se pega a las alúas (o a cualquier otro tipo de hormiga) y las deshidrata.
Con información de: https://sevilla.abc.es/