La mujer cumple un rol sumamente significativo en la agricultura, sólo que su labor ha sido “invisibilizado”. Debido al nivel de fuerza física que suele ser necesario en la actividad agrícola, es común que se suponga que ésta se vea realizada principalmente por hombres. Sin embargo, no es del todo así.
En este 20 de octubre, en el día de La Madre, vamos a destacar el importante rol de La mujer, madres y no madres en el agro, ya que ellas siempre han ocupado un lugar clave dentro de la sociedad en si, introduciéndose en el sistema, la producción y la sustentabilidad. Si bien en Argentina a progresado de manera notable igualdad de género durante los últimos años desde el ámbito legal con la aprobación de diversas leyes, aún se mantienen ciertas indiferencias con respecto a la mujer rural.
Con el fin de recolectar información válida y actual, se realizó una encuesta en hogares rurales en las provincias de Chaco, Mendoza, Santa Fe y Santiago del Estero, la cual estimó que la mano de obra femenina cuenta con una fuerte participación de un 48% en el sector agrícola.
En cuanto a la igualdad económica o el equilibrio monetario dentro de lo que se distinguen algunos rasgos sociales y regionales, los ingresos de las mujeres son mucho menores que los de los hombres. Esta diferencia puede tratar de justificarse por su elección de ocupación, ya que es probable que éstas busquen trabajos de tiempo parcial para así tener tiempo de realizar tareas domésticas.
El papel femenino en la agricultura repercute en diversos ámbitos, desde la producción y comercialización hasta labores de índole hogareña. Un estudio realizado por la UNESCO y la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) manifestó que: “Las mujeres en el campo tienen una intensa carga de trabajo, tanto por el rol que se les asigna –y que ellas asumen con naturalidad– como responsables de las tareas domésticas y de cuidado, por la responsabilidad sobre tareas productivas dentro de las unidades familiares, fundamentalmente para el autoconsumo y la venta de excedentes, así como por la participación en espacios comunitarios.
Estas actividades sostienen las economías familiares, más aún cuando sus compañeros migran por períodos prolongados. Esta ausencia intensifica sus responsabilidades al frente del hogar y la necesidad de generar alternativas de ingresos a través de emprendimientos, búsquedas de canales de comercialización, agregado de valor y participación en las organizaciones”.
Debido a esto, numerosas asociaciones e instituciones buscan fomentar la situación de estas mujeres para que éstas puedan contar con una realidad más digna y favorable. Un claro ejemplo es la Asociación de Mujeres Rurales Argentinas Federal (AMRAF), la cual se encarga de luchar por los derechos de estas arduas trabajadoras.
El papel de las mujeres en la agricultura es fundamental y a menudo subestimado. Son agentes de cambio en el sistema alimentario mundial.
¿Por qué son tan importantes las mujeres en la agricultura?
- Fuerza laboral: Representan casi la mitad de los agricultores a nivel mundial, especialmente en países en desarrollo.
- Conocimiento tradicional: Poseen un conocimiento profundo de las prácticas agrícolas sostenibles, transmitido de generación en generación.
- Seguridad alimentaria: Como cuidadoras principales de sus familias, son responsables de garantizar el acceso a alimentos nutritivos.
- Resiliencia: Han demostrado ser más resilientes ante los desafíos climáticos y económicos.
- Potencial sin explotar: Si tuvieran el mismo acceso a recursos que los hombres, podrían aumentar significativamente la producción agrícola y reducir el hambre.
Desafíos que enfrentan
A pesar de su importancia, las mujeres en la agricultura enfrentan numerosos desafíos:
- Desigualdad en el acceso a recursos: Menor acceso a tierras, crédito, tecnología y capacitación.
- Trabajo no remunerado: Gran parte de su trabajo en la agricultura no es reconocido ni remunerado.
- Discriminación: Suelen ocupar posiciones subordinadas y enfrentan barreras para participar en la toma de decisiones.
¿Qué se puede hacer?
Para aprovechar todo el potencial de las mujeres en la agricultura, es necesario:
- Empoderamiento: Fomentar su participación en organizaciones agrícolas y en la toma de decisiones.
- Acceso a recursos: Garantizar igualdad de acceso a tierras, crédito, tecnología y capacitación.
- Reconocimiento: Valorizar su trabajo y conocimiento tradicional.
- Políticas públicas: Implementar políticas que promuevan la equidad de género en el sector agrícola.
En resumen, las mujeres son un pilar fundamental de la agricultura y su empoderamiento es clave para lograr una producción agrícola más sostenible y equitativa.