El principal destino de las exportaciones argentinas podría aplicar salvaguardas a partir del 1º de enero de 2026, con cuotas por país y aranceles muy elevados fuera de cupo, lo que cambiaría de forma significativa el escenario del comercio cárnico.
China, principal comprador de carne vacuna argentina, estaría a punto de modificar las reglas de acceso a su mercado mediante la aplicación de salvaguardas a las importaciones, una decisión que Beijing analiza desde hace meses y que podría entrar en vigencia el 1º de enero, incluso con carácter retroactivo.
Según trascendió tras una reunión entre autoridades comerciales de Australia y China, las medidas abarcarían tanto la carne enfriada como la congelada e incluirían cupos arancelados por país, definidos en función de los volúmenes exportados durante tres años consecutivos entre 2020 y 2024. Aunque todavía no hay confirmación oficial, el esquema se mantendría hasta 2028, con incrementos anuales marginales de entre 1% y 2% en los cupos.
La diferencia clave estaría en los aranceles. Australia, que cuenta con un tratado de libre comercio, mantendría un arancel 0% dentro de la cuota, mientras que los países sudamericanos seguirían pagando 12%. Sin embargo, fuera del cupo los aranceles serían considerados prohibitivos: entre 55% para países con acuerdos comerciales y hasta 70% para quienes no los tienen, como Argentina, Uruguay y Brasil.
En el sector cárnico regional crece la expectativa por lograr cuotas suficientemente amplias que eviten distorsiones severas en el mercado y una caída abrupta de los envíos. Cada país proveedor buscaría negociar de manera individual, intentando que China tome como referencia los años de mayor volumen exportado dentro del período analizado.
La eventual implementación de estas restricciones marca un punto de inflexión para la ganadería argentina de cara a 2026, en un contexto de alta dependencia del mercado chino y de crecimiento sostenido de las importaciones de carne vacuna por parte del gigante asiático en los últimos años.




