Desde CRA temen que se proyecte obtener fondos en principio, de grandes empresas exportadoras, ganadoras de renta «extraordinaria» por la suba de precios internacionales por la guerra de Ucrania-Rusia.
El rechazo del sector agropecuario a la iniciativa del ministro de Economía, Martín Guzmán, para crear un tributo para aquellas empresas que hayan tenido una “renta inesperada” se intensifica. Las entidades del agro salieron con los tapones de punta «El campo tiene que trabajar sabiendo que el Estado se va a quedar con un porcentaje importante del dinero. Esto, desde ya, no es un gran incentivo para la producción», y se vuelve a abril la polémica.
Esta vez, a través de un comunicado, fue la Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor) quien se pronunció y reflexionó: “¿Renta inesperada o medida desesperada? Una nueva payasada se aproxima y desde ya no vamos a permitir ni un atropello más de esta dirigencia, ni vamos a ser los que tengamos que seguir pagando sus inoperancias y falta de capacidad para solucionar los problemas de la Argentina”. A la vez, pidieron coherencia al respecto a diputados y senadores.
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Hoy será la excusa de la guerra, mañana de la paz y pasado quién sabe, siempre van a ver cómo sacarle más y más al campo. Si la analizamos, en general, esta renta ya la estamos pagando con el 35% del impuesto a las ganancias porque al aumentar los ingresos aumenta el monto de ganancias, y en lo particular, los productores ya pagamos, además, retenciones”, remarcaron.
La entidad calificó los anuncios como «vagos y confusos», sin información aún de «el hecho imponible, para qué periodo, desde cuándo y hasta cuando se percibirá, quien son los alcanzados, información básica al que debiéramos tener derecho, si nos respetaran como ciudadanos».
Desde CRA temen que se proyecte obtener fondos en principio, de grandes empresas exportadoras, ganadoras de renta «extraordinaria» por la suba de precios internacionales por la guerra de Ucrania-Rusia, para financiar los bonos anunciados a jubilados y otros sectores vulnerables.
«El impuesto lo van a pagar los productores: las empresas agroexportadoras lo van a trasladar en el precio a pagar. El proyecto tampoco considera que la guerra encareció los costos de producción, al aumenta los precios de insumos, fertilizantes y combustibles», se argumentó.
CRA explicó que el proyecto del impuesto a la renta inesperada tiene aspectos adicionales: siembra un antecedente similar a los DEX móviles de 2008, porque pretende gravar flujos productivos en función de variación alcista de shocks de precios externos.
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Los $ 250.000 M a recaudar informados por el Ejecutivo, hoy representan USD 2.101, al tipo de cambio oficial de la fecha. Si se considera la recaudación por DEX por sectores de 2021 (estimada, a falta de datos oficiales), y su alícuota promedio estimada para sectores agroalimentarios, minería e hidrocarburos, se tiene que las cadenas agroindustriales aportarían con este nuevo impuesto adicionalmente USD 1.941 M, de los USD 2.101 M. Esto implica, en una estimación que relaciona el nuevo aporte tributario con lo que sería su equivalente en incremento de alícuotas de derechos de exportación, subas significativas de las alícuotas. Es similar a las retenciones móviles.
En definitiva, para la entidad es claro que hay «triple imposición, ilegalidad, y que las empresas exportadoras van a trasladar el impuesto a los productores». Además, se condicionaría aún más el escenario 2023/24: se desincentiva la siembra de trigo y maíz, y el uso de fertilizantes. «Todo conduce a menores exportaciones, mayores problemas cambiarios y económicos».