El tratamiento de las frutas y las verduras es muy diferente al de las carnes y las pastas. En el momento de conservar estos alimentos, existen una serie de indicaciones para realizarlo de manera correcta.
Muchas veces, para evitar que los alimentos se echen a perder acudimos a ciertas formalidades y costumbres de conservación, para así consumirlos más adelante, por lo que rápidamente se nos viene a la mente el tradicional método del freezado de estos.
De todas formas, hay que saber que el tratamiento de las frutas y las verduras es muy diferente al de, por ejemplo, las carnes y las pastas, así lo sostiene Ángel Fiore, Bioquímico especialista en Bromatología que colabora con la Fundación Banco de Alimentos.
El especialista también sugiere que «Lo ideal, en el caso de las frutas y las verduras, siempre es mejor consumirlas de manera frescas y natural, por lo cual no es lo ideal el congelado de estos alimentos, pero si se puede hacer. Lo que si hay que saber es que para frizarlas o someterlas al método del congelamiento, es necesario un proceso previo para que estos alimentos naturales mantengan algunas propiedades nutricionales, aunque aún así muchas de ellas se pierden”
“El alimento debe estar en excelente estado”
En el momento que vayamos a proceder al método del freezado de frutas y verduras, hay que realizar un proceso previo, en el caso de las verduras, que se conoce como «escaldado o blanqueado».
Este proceso ayuda a conservar la textura, consistencia y, sobre todo, los nutrientes de las verduras. Consiste en la cocción en agua hirviendo por un período corto de tiempo (dos minutos o más) y luego deben ser enfriadas rápidamente en agua, para luego secarlas y llevarlas a freezer. Esta técnica le pondrá un alto a los procesos químicos que deterioran el alimento con el pasar de los días.
Lo cierto es que prácticamente todas las verduras pueden congelarse. Sin embargo, si en algún momento deseas comer las verduras crudas (como la lechuga, tomate, pepino y pimientos, por ejemplo), no es aconsejable el congelado, ya que cambia la textura, color, olor y sabor. Una vez sacadas del freezer, se las debe colocar directamente en agua hirviendo sin descongelar previamente.
En el caso de las frutas, los especialistas recomiendan lavarlas con agua fría y secarlas bien antes de someterla al congelamiento en freezer. Además, deben estar en perfecto estado de maduración. Los frutos rojos (frutillas, moras, cerezas, arándanos, frambuesas) son de las que mejor toleran el congelado y no es necesario cortarlas.
Al durazno se le recomienda pelarlo, cortarlo y ponerle limón o azúcar. A los cítricos, es recomendable separarlos por gajos. Mientras que otras frutas que contienen más agua, como ser la sandía, el melón y el ananá, deberán pelarlo antes, pero también se pueden congelarse, siempre trozándolas y guardando cada pedazo por separado en el freezer.
Frutas como la manzana o la pera es mejor guardarlas en compota. La banana también puede congelarse preferentemente sin cáscara y cortada. El congelado de estas últimas frutas puede ser provechoso para usarlas en licuados, tartas u otras recetas. Consumirlas sin un proceso culinario previo no es lo ideal.
Una vez realizado el proceso previo al congelado, se aconseja conservar en envoltorios herméticos para que no pierdan la humedad y conserven -dentro de lo posible- su sabor, color y textura.
Con información de: https://infoalimentos.org.ar/