La soja, el cultivo «estrella» de Argentina y que en los últimos años salvó la economía del país suramericano, viene esta temporada con buenas y algunas malas noticias, desde lo climatico, la falta de gasoil y la producción.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, pero en los últimos años la superficie dedicada a la oleaginosa en el país ha ido disminuyéndose, en parte en beneficio del maíz, un cultivo que compite con la oleaginosa por superficie.
En relación con la superficie sembrada, Argentina pasó de 12 M has a 16 M has en veinte años, mientras que Brasil duplicó el área en ese mismo período. Durante la última década se registró un importante incremento en Brasil, Paraguay y Uruguay, no obstante, «Argentina sufrió un retroceso en el área sembrada que tiene que ver con la expansión de otros cultivos como el maíz y el desincentivo por los fuertes aranceles a la exportación.
Las perspectivas a 2030, son de aumento en el área de producción de soja. Asimismo, se producirá un crecimiento del crush como consecuencia del incremento de la demanda. «Brasil aumentará un 21% y Argentina un 3%.
Puedes leer: ¿Por qué se cortó la tendencia alcista de la soja?
Estimación de un gran volumen en cosecha 2022
La cosecha de soja en breve rendirá entre 41 y 42 millones de toneladas nacional, según las últimas estimaciones difundidas por la Bolsa de Comercio de Rosario. Justamente, desde allí mencionaron que «a pesar de los contratiempos que generó la falta de gasoil, la cosecha va más rápido que el año pasado por la falta de lluvias». De hecho, ya han recolectado el 75% de los lotes, tanto de primera como de segunda.
«Algunos resultados que se están viendo en los rindes de zonas de Chaco, Santiago, Córdoba y sojas de segunda que pese a la helada muestran algunos quintales más de las expectativas, podrían hacer posible un ajuste positivo en la producción cerca del cierre de la cosecha», agregaron.
Te puede interesar: India confirmó la compra de 550.000 toneladas de harina de soja
El rinde promedio en 27 quintales por hectárea, con una siembra que alcanzó 16,11 millones de hectáreas, por lo que la producción estimada es de 41,2 millones de toneladas. Además, «La soja ha tenido un duro año: las lluvias han sido muy acotadas, sobre todo en la región núcleo, y se estima un área pérdida, casi toda soja de segunda malograda por estrés termo hídrico de 870 mil hectáreas», definieron.