Investigadores del INTA Santiago del Estero están evaluando el potencial de los bioinsumos, como el guano de cabra y la cama de pollo. Se busca desarrollar estrategias de producción sostenibles y de bajo costo para los pequeños productores de la zona.
En un esfuerzo por promover prácticas agrícolas sostenibles en ambientes semiáridos, especialistas del INTA Santiago del Estero están evaluando el uso de bioinsumos para mejorar la calidad del suelo y fortalecer sistemas de producción ganadera. Los principales protagonistas de este estudio son el guano de cabras y la cama de pollo, disponibles de manera abundante y a bajo costo en el área de riego del río Dulce.
Andrea Avalos, investigadora del Grupo de Recursos Naturales del INTA Santiago del Estero, destacó la importancia de estos insumos locales: ‘Se trata de fertilizantes orgánicos que tienen el potencial de mejorar la reserva de carbono del suelo, aumentar la calidad y cantidad del forraje, y potenciar la actividad microbiológica‘, explicó Avalos a medios locales.
El estudio no solo busca determinar las dosis óptimas y la efectividad de estos bioinsumos en la fertilización de cultivos de cobertura como triticale, cebada forrajera y vicia villosa, sino también evaluar los efectos residuales a largo plazo en la estructura del suelo y la calidad de los forrajes. María Cristina Sánchez, también investigadora del INTA Santiago del Estero, subrayó la importancia de este enfoque integral para mejorar la sostenibilidad agrícola en la región.
Además, Alicia Córdoba del Grupo de Producción Animal del INTA resaltó el valor nutricional de estos cultivos de invierno: «La vicia villosa, por ejemplo, es altamente digestible y rica en proteína, mientras que cereales como la cebada y el triticale aportan fibra y energía crucial para los animales durante la estación seca».
Estas investigaciones no solo representan una oportunidad para optimizar el manejo del suelo y los recursos locales, sino también para fortalecer la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental en áreas con condiciones climáticas desafiantes como el Chaco semiárido.