La sequía es un flagelo que ha castigado al país en muchas oportunidades, causando perdidas económicas cuantiosas en años claves, con un fuerte impacto en el campo y en la producción.
En el tiempo, la sequía en Argentina se ha convertido un desafío recurrente, durante cierta etapas del año o ante eventualidades climáticas como ser «La Niña», lo que causa la reducción de las precipitaciones.
A lo largo de su historia, Argentina ha experimentado diversos períodos de sequía, cada uno con un impacto particular en el sector agrícola y la economía en general.
¿Cuáles fueron los años más secos?
Determinar con exactitud los años más secos en toda la extensión de Argentina puede ser complejo debido a la variabilidad climática regional y a la disponibilidad de registros históricos detallados. Sin embargo, estudios y análisis climáticos han identificado algunos períodos de sequía especialmente intensos en nuestro país. ¿Cómo impacta la sequía al cinturón productivo agropecuario de Argentina?
Algunos de los años y períodos más secos registrados en Argentina incluyen:
Década de 1930: Fue un período marcado por una sequía prolongada y severa que afectó gran parte del país.
Finales de la década de 1980 y principios de la de 1990: Se registraron varios años consecutivos con déficits hídricos significativos, especialmente en la región pampeana.
2008-2009: Este período se caracterizó por una sequía intensa que impactó fuertemente en la producción agrícola y ganadera. Durante el evento de «La Niña» presente en un episodio intenso fue en 2010/2011, seguido de un episodio moderado en 2011/2012, por lo que sequía golpeo a las campañas agrícolas dentro de este periodo.
También en los años 2017-2020: Se registró un período de sequía prolongada que afectó principalmente a las regiones del centro y norte del país, con un fuerte impacto en la región agrícola/ganadera.
Y entre los más recientes, entre el 2022-2023: Este período reciente también se caracterizó por una sequía severa, con impactos significativos en la producción agrícola y la economía, con un serio impacto en el campo. El año 2022 se ubicó entre los 14 años más secos desde 1961 en Argentina.
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Consecuencias de la sequía en el campo
Las sequías en Argentina tienen un impacto profundo y duradero en el sector agrícola, con consecuencias que se extienden a toda la economía. Algunos de los principales impactos incluyen:
Reducción de los rendimientos: La falta de agua reduce significativamente la producción de cultivos como el maíz, la soja y el trigo, lo que lleva a menores rendimientos y pérdidas económicas para los productores.
Aumento de los costos de producción: Los productores deben invertir en sistemas de riego adicionales, comprar forraje para el ganado o trasladar sus animales a otras zonas, lo que incrementa sus costos de producción.
Pérdida de calidad de los suelos: La falta de cobertura vegetal y la erosión del suelo causada por el viento y el agua pueden degradar la calidad de los suelos, reduciendo su capacidad de producción a largo plazo.
Desequilibrio en la oferta y demanda de alimentos: Las sequías pueden generar escasez de alimentos, lo que puede llevar a un aumento de los precios y afectar la seguridad alimentaria.
Impacto en la economía regional y nacional: La agricultura es un sector clave de la economía argentina, por lo que las sequías pueden tener un impacto negativo en el PIB, el empleo y las exportaciones.
Es importante destacar que el impacto de las sequías varía según la región, la intensidad y duración del evento, y el tipo de cultivo afectado.
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