Uno de los productos que no debe faltar en casa es el bicarbonato de sodio, ya que constituye uno de los remedios naturales que puede tener más usos en gran variedad de situaciones del día a día.
El bicarbonato de sodio es el remedio casero universal para muchas afecciones, pero además es muy útil a la hora de resolver problemas cotidianos en el hogar, por lo que te recomendamos siempre tenerlo a mano.
De hecho, los usos del bicarbonato de sodio en el jardín o huerto nos va a permitir disfrutar de estas zonas verdes sin necesidad de usar productos químicos, como lo son los insecticidas o fungicidas, que tarde o temprano terminan por causar un efecto no tan bueno en nuestras plantas, sobre todo si se emplean en cultivos de alimentos, como ser verduras y hortalizas.
Para continuar con la nota, vamos al grano, pasando a conocer a este producto tan esencial, como lo es el bicarbonato.
Qué es el bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio, o bicarbonato sódico, es una sustancia que está presente en la naturaleza o que puede elaborarse de forma artificial sin demasiada dificultad, tiene un aspecto cristalino de color blanco, se disuelve con facilidad en agua y se caracteriza por tener un pH especialmente alcalino. Además, se trata de un producto biodegradable y barato, lo que hace que sea asequible para todos los bolsillos.
El bicarbonato de sodio tiene múltiples aplicaciones, tanto medicinales, por ejemplo a la hora de reducir la acidez del estómago, como doméstico, por ejemplo a la hora de desatascar tuberías. Además, también tiene algunos usos en cosmética como, por ejemplo, a la hora de ser usado como desodorante o blanqueador dental.
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Usos del bicarbonato en el jardín: plaguicida y fungicida
Uno de los principales usos que vamos a encontrar a la hora de utilizar el bicarbonato de sodio en el huerto o el jardín lo debemos a sus propiedades a la hora de eliminar hongos e insectos.
Bicarbonato como fungicida
Cuando se quiera utilizar el bicarbonato de sodio como fungicida, bastará con diluir una cucharada en un litro de agua. Para aplicarlo, haremos uso de un pulverizador, rociando aquellas partes de la planta en la que haya hongos y aquellas en las que puedan aparecer. A la hora de hacerlo, es mejor que se pulverice a última hora del día o en días nublados, ya que, de este modo, evitaremos el efecto lupa de las gotas de agua sobre las hojas y evitaremos que se puedan quemar.
Bicarbonato como plaguicida
Así mismo, si queremos usarlo como plaguicida para acabar con una gran cantidad de insectos que atacan las plantas de jardines y huertos, prepararemos una solución idéntica a la anterior (una cucharada de bicarbonato por cada litro de agua) pero, en este caso, además añadiremos otra cucharada de jabón natural biodegradable. Mezclaremos bien todos los elementos hasta que se hayan disuelto por completo, y pulverizaremos sobre las plantas y la tierra adyacente.
Del mismo modo, lo haremos en momentos en los que los rayos solares no puedan quemar las hojas de las plantas, y repetiremos la pulverización una vez por semana. Esta fórmula es una buena solución para deshacerse de algunos de los insectos más molestos y comunes, tales como mosquitos y hormigas, además de arañas.
Es por este motivo, que si le ponemos bicarbonato a nuestras plantas, complementado otro producto naturales, como ser agua o jabón en pan neutro, actúa como repelente eficaz de hongos y plagas, por lo que los insectos y demás microorganismos dañinos del jardín preferirán buscar alimento en otros lugares.
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Otros usos del bicarbonato sódico en el huerto: limpiador natural
No obstante, los usos del bicarbonato de sodio en el jardín no acaban aquí, ya que, además de ser un excelente plaguicida y fungicida, también va a sernos muy útil a la hora de llevar a cabo la limpieza de ciertos elementos relacionados con el huerto y el jardín de nuestra casa.
En concreto, el bicarbonato de sodio es una forma sana y natural de limpiar los productos que obtengamos de nuestro huerto, tanto si se trata de fruta como de verduras. Para ello, lo mejor que podemos hacer es llenar de agua la pila del fregadero hasta la mitad (al introducir las verduras el nivel del agua sube), añadir una cucharada de bicarbonato sódico, diluirlo, e introducir en esta agua las frutas y verduras que queramos lavar.
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