El suelo del territorio cordobés respira tras más de 48 hs con lluvias sobre las regiones más castigadas por los incendios forestales en las últimas semanas. Un mapa revela como ha bajado el riesgo de incendios forestales en la provincia.
Después de un largo período de alerta roja, el mapa de riesgo de incendios de la provincia finalmente muestra una mejora. Las lluvias recientes han contribuido a reducir las condiciones propicias para la ocurrencia de incendios, y ahora predominan los colores verde y azul, que indican riesgo bajo y moderado, respectivamente.
Sin embargo, es importante destacar que algunas zonas del noreste, sur y Traslasierra aún presentan un índice alto de riesgo, lo que obliga a seguir tomando recaudos para evitar focos. Es fundamental que la población siga siendo consciente de la situación y tome medidas para prevenir incendios, como no arrojar colillas encendidas, no hacer fogatas en zonas no autorizadas y mantener los terrenos despejados de vegetación seca.
La mejora en el mapa de riesgo de incendios es una buena noticia, pero no debemos bajar la guardia. La prevención de incendios es una tarea que nos compete a todos, y debemos seguir trabajando juntos para proteger nuestros bosques y recursos naturales.
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Las lluvias juegan un papel fundamental en la reducción del riesgo de incendios forestales. Aquí te explico por qué:
- Humedad en la vegetación: La lluvia humedece la vegetación, tanto las hojas como el suelo. Esto hace que sea mucho más difícil que el material vegetal se encienda y se propague el fuego. La humedad actúa como una barrera natural contra las llamas.
- Menor temperatura del combustible: El agua absorbida por las plantas reduce su temperatura. Cuando el material vegetal está más frío, es menos probable que se queme con facilidad.
- Reducción de la materia seca: Las lluvias frecuentes ayudan a descomponer la materia orgánica muerta, como hojas secas y ramas caídas. Esto disminuye la cantidad de combustible disponible para un incendio.
- Compactación del suelo: El agua que se infiltra en el suelo lo compacta ligeramente, lo que dificulta que el fuego se extienda a través de la capa superficial.
En resumen, las lluvias actúan como un sistema de protección natural contra los incendios forestales, al reducir la cantidad de combustible disponible, disminuir la temperatura del material vegetal y dificultar la propagación del fuego.
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Sin embargo, es importante tener en cuenta que:
- La duración y la intensidad de las lluvias son clave: Lluvias cortas y esporádicas pueden no ser suficientes para reducir significativamente el riesgo. Se necesitan precipitaciones prolongadas y abundantes para lograr un efecto duradero.
- Otros factores influyen: Además de las lluvias, otros factores como la temperatura, la humedad relativa, el viento y el tipo de vegetación también influyen en el riesgo de incendios.
De todas maneras, aunque las lluvias son un factor fundamental para prevenir los incendios forestales, no son la única solución. Es necesario combinar medidas de prevención como la limpieza de terrenos, el control de quemas y la educación de la población para reducir al máximo el riesgo de incendios.
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