En tanto, para graficar los ensayos que realizan bajo una red de productores, se presentaron una serie de «mitos» detrás de la nutrición del principal cultivo en superficie de la Argentina.
«Son conocimientos que eran ciertos, pero que son antiguos y que quedaron en la cabeza de mucha gente«, comenta Jorge Bassi, presidente de Fertilizar.
Bassi destacó que la soja es un cultivo que se fertiliza poco en Argentina, tomando tanto las redes de ensayo de Fertilizar, como así también otras de referencia.
«Uno de los principales mitos es que la soja no responde a los fertilizantes«. ¿En qué están basados esos mitos? Responde Jorge Bassi:
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1. La soja no responde a la fertilización nitrogenada: FALSO
La disponibilidad de N en el suelo inhibe la actividad de los nódulos. La nutrición nitrogenada del cultivo depende de la FBN (inoculación).
2. La soja no responde a la fertilización fosfatada: FALSO
Curvas calibradas de rendimiento. Si falta P en suelo se limita el rendimiento. Respuestas a la fertilización superiores a 20% en rinde.
3. El azufre y los micronutrientes no son necesarios en soja: FALSO
Respuestas contundentes a azufre, y alta frecuencia de respuesta a boro y zinc en Argentina.
4. No vale la pena fertilizar soja con antecesor maíz: FALSO
La soja precisa nutrientes disponibles durante su ciclo de crecimiento al igual que cultivos exigentes como el maíz. Diagnósticos de suelos.
5. Fertilizar soja en campo alquilado no tiene repago: FALSO
Trabajando con un diagnóstico se logran respuestas en rendimiento con alto repago de la fertilización.
6. Fertilizar con dosis bajas siempre es más eficiente: POLÉMICO
En nuestra red de ensayos estamos viendo mayor rentabilidad en estrategias de nutrición para altos rendimientos.
7. La nutrición de soja limita la producción en Argentina: VERDADERO
La red de Fertilizar AC en campo de productores muestra evidencia de limitaciones al rendimiento de hasta 16%.
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Red de Ensayos de Fertilizar
Andrés Grasso, asesor técnico de Fertilizar, se refirió a los desafíos que hay en cuanto al manejo del cultivo de soja: «Lo que hacemos es probar qué podría hacer el productor para mejorar».
«Lo primero que hacemos es hacer un análisis de suelo y, en base a eso, ir a explorar los rindes potenciales», destaca. Entre un 15 y 20 % del rinde se ve afectado por un manejo deficiente, lo que se ve impactado en la rentabilidad. «Hasta un máximo de US$ 80 por hectárea se puede aumentar el margen».
