La sequía sigue generando enormes perjuicios en la actividad agropecuaria. Hay relatos dramáticos que llegan a través de los productores de yerba mate en Misiones, que a comienzos del años atravesaron la peor sequía desde 1945.
Las consecuencias estan a la vidta, con el 2022 ya avanzado, los productores relatan “Las plantas de yerba se están muriendo”, describe Orlando Stvass, productor yerbatero de la mencionada provincia y además tesorero de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro). Según el testimonio del productor, no llueve en la zona desde hace meses, y sumado a la intensa ola de calor y los incendios de los últimos días, la producción agropecuaria en general y la yerbatera en particular atraviesa momentos penosos.
La sequía y los incendios que afectaron a la región provocaron severos daños sobre diversos cultivos, y las plantaciones de yerba no son la excepción.
A comienzos de febrero de este año, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación declaró el estado de emergencia agropecuaria para la provincia de Misiones, homologando así la declaración previa del gobierno provincial. Allí la sequía hacía estragos, al igual de lo que sucedía en la vecina Corrientes, donde los fuertes incendios agregaban un condimento que llenó de solidaridad a la Argentina.
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De Misiones pocos hablaban. Allí, si bien todas las producciones se vieron afectadas por igual ante falta de agua, las intensas temperaturas y varios focos de incendio, el sector yerbatero fue uno de los que más se resintió. Y aunque se lanzaron algunas líneas de crédito para asistir a los productores afectados, al día de hoy denuncian que la ayuda no fue suficiente.
“Nosotros estimamos una pérdida en la provincia de entre el 35% y el 70% de los yerbales. El 70% sería en las plantaciones nuevas, es decir todo lo que se plantó en el año 2020 y 2021 y que recién entraría en producción en cuatro años. De las plantaciones más viejas, que son las que más chances tienen de aguantar, un promedio del 35% se han secado o han perdido sus hojas a causa del estrés”, dijo a Bichos de Campo “Cacho” Ángel Orseñuk, productor y dirigente del sector en la localidad de San Vicente.
Los regímenes de agua en la provincia vienen en franca baja desde el 2020, año en que se registró la mitad de las lluvias que en los años anteriores. Esto se mantuvo en el 2021 y durante los últimos ocho meses los colonos afirman que no ha llovido un solo día. Fue recién en los últimos días de este mes que se registraron los primeros chaparrones.
Si bien se estima que la campaña tendrá una merma de entre el 30% y el 40% en su producción de hoja verde (lo cual suena demoledor para cualquier actividad productiva), Misiones no ha sido noticia. Puede ser que se deba a que estas pérdidas no se sentirán en el corto plazo, ya que las góndolas actualmente se encuentran provistas de la yerba cosechada y estacionada en las últimas dos campañas. Sin embargo, los productores ya están sintiendo el efecto en sus bolsillos ya que aquellos yerbales que, por ejemplo, estimaban una cosecha de 10.000 kilos, con suerte llegarán a los 5.000.
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Fue en ese marco que el gobierno provincial, a través del Fondo Nacional para la Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios (FONEDA), lanzó una primera línea de créditos blandos a productores, para sostener de alguna manera la actividad. La misma contaba con un fondo total de 25 millones de pesos, que se distribuyeron en créditos de 100.000 a tasa cero, con 12 meses de gracia y 36 meses para cancelarlo.
Luego, a través de la Cámara de Comercio de Iguazú (CCI) se proyectó otra línea de créditos por el mismo monto, pero con un fondeo de 50 millones de pesos y un plazo de 48 meses para cancelarlo.
En ambos casos los productores interesados debían presentar su certificado de domicilio, brindar sus datos personales, estar inscriptos en el Renspa, tener un certificado de emergencia, otro de libre deuda y el documento uso de tierra. Fue allí que iniciaron las denuncias, no sólo por las dificultades que los colonos afirmaban tener para solicitar los créditos sino por los bajos montos ofrecidos desde el Ministerio del Agro de la provincia.
“Nosotros criticamos el monto y el plazo de gracia porque para un productor que ha perdido 30.000 kilos de hoja verde, que vende a 50 pesos, es muy insignificante lo que te prestan en comparación de lo que perdés. Hay productores que perdieron la producción de un año entero y hay que vivir ese año entero. ¿Quién vive un año con 100.000 pesos? Si se murieron las plantas es un monto altísimo el que hay que re invertir, porque hay que esperar para volver a tener producción. Si solo tuviste pérdida de hojas, no perdiste el árbol pero si la cosecha, y tenés que esperar dos años más para tener producción”, afirmó a Bichos de Campo Cristián Klingbeil, presidente de la Asociación de productores Agrícolas de Misiones (APAM).
¿Y para que alcanza realmente ese dinero? Aunque desde el estado provincial sostuvieron que servía para adquirir una moto bomba y un tanque de agua que permitiera sostener los yerbales con riego, los colonos señalaron que era imposible costear esos insumos.
“La provincia de Misiones largó los créditos para los medios, para la foto. Para la motobomba y el tanquecito no alcanza, nosotros quedamos debiendo todavía. Los proveedores nos aguantan ahora con la cosecha de yerba para que podamos terminar pagando ahora con precios actualizados”, indicó Orseñuk.
Pero lo cierto es que eso no era lo único en la lista de necesidades. También había que reponer los metros de alambre para los potreros que se habían perdido en los incendios, o comprar metros y metros de manguera para estar listos en caso de que el fuego llegara.
“El gobierno dio muchas vueltas. No tenían idea de lo que estaba pasando porque no recorrieron. Después hicieron una visita por los campos y ahí se dieron cuenta de que la problemática era mucho más grave de lo que parecía. El problema no es sólo el agua, hemos perdido la producción anual que tenemos. Nosotros hemos pedido créditos, pero no es para todos el crédito, es para la foto. Estamos a la deriva tanto del gobierno provincial como del nacional”, señaló por su parte a este medio el colono Alberto Andrusyszyn, oriundo de la localidad de Apóstoles.
-¿Qué parámetros tuvieron en cuenta para definir los montos en las líneas de crédito, teniendo en cuenta la gravedad de la situación?- le preguntamos al funcionario.
-Nosotros manejamos un Fondo Nacional, que es el de Emergencia Agropecuaria, que estaba muy desactualizado. El año pasado el monto que nos llegó para créditos era de 25 millones. Después tenemos otros subsidios. El impacto de la sequia es tan grande que supera ampliamente las capacidades del Estado de compensar a los productores por la totalidad de la pérdida. Esta es una realidad en Argentina. Si tenés una situación gravísima con pérdidas enormes yo te digo que los recursos son escasos. Aún así, intentamos que no quede ningún productor por fuera de estos recursos.
-¿Se proyecta alguna actualización en los montos?
-Tenemos el proyecto de financiación para este año en donde estamos presentando créditos de 400.000 pesos. Son créditos mayores.
MIentras tanto, para Corrientes la Nación anunciaba líneas de créditos subsidiados por 5.500 millones de pesos a tasa subsidiada.